China- Las nubes olvidan la tierra agrietada
Luis Melian, Beijing, PL
Millones de pobladores del sur de China por estos días miran al cielo en busca de un alivio para la dura realidad terrenal que los golpea: una sequía histórica.
Escasez de agua y poca lluvia desde agosto pasado resultan descripciones incompletas para referirse a esta adversidad climatológica presente en las provincias de Yunnan, Sichuan, Guizhou, la Región Atutonoma Zhuang de Guangxi y el municipio de Chongqing.
La situación que allí se vive puede resumirse con un calificativo aportado por expertos y con frecuencia citado por la prensa: el peor fenómeno de su tipo en casi 60 años.
Para algunas zonas del primero de esos territorios, se trata del más devastador en un siglo.
Imágenes de tierra agrietada, reservas de agua secas, personas que recorren largas distancia en su busca y abundantes pérdidas económicas revelan los efectos de un prolongado período seco frente al cual todos claman ante la Naturaleza por su fin.
Las esperanzas por ahora se centran en el inicio de la temporada de lluvia, en mayo próximo.
Cifras oficiales indican que 51 millones de pobladores sufren las consecuencias de la referida calamidad, ya sea escasez de agua, daños a la agricultura e industrias vinculadas a ella y otras como la generación de electricidad a partir de fuentes hidráulicas.
A modo de ejemplo, las tierras agrícolas afectadas se estiman en más de cuatro millones 300 mil hectáreas, mientras en 200 mil no habrá cosecha.
La floricultura registró alza en los precios ante una menor producción por la mencionada razón, en tanto a las de te y azúcar, esa última concentrada en la región, se les pronostica igual balance.
Esta escasez de agua incide con fuerza en la ganadería, con millones de cabezas también entre sus víctimas.
La magnitud del fenómeno hizo al primer ministro Wen Jiabao advertir recientemente durante un recorrido por zonas afectadas que la meta anual de 500 millones de toneladas de cereales será una ¿prueba de verdad¿ ante la falta de agua.
El mensaje se fundamenta además en un largo invierno en el norte del país.
El apoyo que recibe la población incuye ayuda del gobierno y muestras concretas de solidaridad.
A las áreas dañadas llega todo el líquido posible, donaciones de fondos, a lo que se suma la construcción de pozos, entre otras acciones con participación de fuerzas del Ejército Popular de Liberación.
Entre las recientes iniciativas figura el llamado a los miembros de la Liga de la Juventud Comunista y la de Jóvenes Pioneros para que aporten una botella de agua a fin de mitigar la situación en las referidas regiones.
Su entrega, como los otros esfuerzos con igual fin, constituye un verdadero alivio que todos piden a las nubes imitar.
Millones de pobladores del sur de China por estos días miran al cielo en busca de un alivio para la dura realidad terrenal que los golpea: una sequía histórica.
Escasez de agua y poca lluvia desde agosto pasado resultan descripciones incompletas para referirse a esta adversidad climatológica presente en las provincias de Yunnan, Sichuan, Guizhou, la Región Atutonoma Zhuang de Guangxi y el municipio de Chongqing.
La situación que allí se vive puede resumirse con un calificativo aportado por expertos y con frecuencia citado por la prensa: el peor fenómeno de su tipo en casi 60 años.
Para algunas zonas del primero de esos territorios, se trata del más devastador en un siglo.
Imágenes de tierra agrietada, reservas de agua secas, personas que recorren largas distancia en su busca y abundantes pérdidas económicas revelan los efectos de un prolongado período seco frente al cual todos claman ante la Naturaleza por su fin.
Las esperanzas por ahora se centran en el inicio de la temporada de lluvia, en mayo próximo.
Cifras oficiales indican que 51 millones de pobladores sufren las consecuencias de la referida calamidad, ya sea escasez de agua, daños a la agricultura e industrias vinculadas a ella y otras como la generación de electricidad a partir de fuentes hidráulicas.
A modo de ejemplo, las tierras agrícolas afectadas se estiman en más de cuatro millones 300 mil hectáreas, mientras en 200 mil no habrá cosecha.
La floricultura registró alza en los precios ante una menor producción por la mencionada razón, en tanto a las de te y azúcar, esa última concentrada en la región, se les pronostica igual balance.
Esta escasez de agua incide con fuerza en la ganadería, con millones de cabezas también entre sus víctimas.
La magnitud del fenómeno hizo al primer ministro Wen Jiabao advertir recientemente durante un recorrido por zonas afectadas que la meta anual de 500 millones de toneladas de cereales será una ¿prueba de verdad¿ ante la falta de agua.
El mensaje se fundamenta además en un largo invierno en el norte del país.
El apoyo que recibe la población incuye ayuda del gobierno y muestras concretas de solidaridad.
A las áreas dañadas llega todo el líquido posible, donaciones de fondos, a lo que se suma la construcción de pozos, entre otras acciones con participación de fuerzas del Ejército Popular de Liberación.
Entre las recientes iniciativas figura el llamado a los miembros de la Liga de la Juventud Comunista y la de Jóvenes Pioneros para que aporten una botella de agua a fin de mitigar la situación en las referidas regiones.
Su entrega, como los otros esfuerzos con igual fin, constituye un verdadero alivio que todos piden a las nubes imitar.