“Charlatanerías diabólicas”
Ciudad del Vaticano, EP
En su homilía del Domingo de Ramos, Benedicto XVI se defendió de las acusaciones que lo señalan como encubridor de curas pederastas antes de convertirse en Papa. Reconocen que “en el interior del clero ha habido fallas”.
“Charlatanerías.” La definición la utilizó ayer el papa Benedicto XVI para exculpar a la Iglesia Católica de las denuncias mediáticas que implican a sacerdotes –especialmente norteamericanos, irlandeses y alemanes– en casos de abusos sexuales a menores de edad y su figura cuestionada por casos de encubrimiento. Frente a miles de personas que esperaban las palabras de Joseph Ratzinger en la Plaza de San Pedro, por el Domingo de Ramos, el Pontífice aseguró que “el coraje no se deja atemorizar por las charlatanerías de las opiniones dominantes”.
La semana pasada, el diario The New York Times publicó, citando fuentes eclesiásticas, dos informes que responsabilizaban a Ratzinger de proteger en diversos momentos antes de convertirse en Papa a un sacerdote estadounidense y a otro alemán, ambos acusados de pedofilia.
“Cristo conduce hacia la bondad, que no se deja desarmar ni siquiera por la ingratitud”, apuntó el Pontífice en la plaza del Vaticano, luego de una semana en la que los voceros papales tuvieron que salir a cubrir al Santo Padre diciendo que “no tiene responsabilidad” en el caso del cura Peter Hullermann, separado de las actividades pastorales –que lo mantuvieron en contacto con los niños– recién el 16 de marzo pasado. Las primeras denuncias de abuso contra el prelado fueron en 1979, cuando actuaba en la arquidiócesis de Munich.
Entre las oraciones que inauguraron la Semana Santa, el Papa dijo que la fe en Dios ayuda a llevar “hacia el coraje de no permitir verse intimidado por el chisme mezquino de la opinión dominante”, y expresó cómo el hombre a veces “cae a lo más bajo, a niveles vulgares” y “se sume en el pantano del pecado y la falta de honradez”.
El tabloide norteamericano también fue el que el miércoles pasado publicó que Ratzinger, en 1996, permitió seguir en funciones a un cura estadounidense que había abusado de 200 niños sordos. Para entonces, el Papa ya había iniciado su carrera dentro del Vaticano. Aunque el diario vaticano L’Osservatore Romano respondió sosteniendo que no existió “ningún encubrimiento”.
“No existe duda alguna de que los ataques de la prensa internacional al Pontífice han sido sugeridos por el demonio, ya que tratándose de un Papa maravilloso, digno sucesor de Juan Pablo II, intenta tomársela con él”, satanizó el sacerdote exorcista Gabriele Amorth, de 85 años, según publicaron medios italianos.
El religioso exorcista sostuvo que el demonio “utiliza” a los curas para atacar a la Iglesia y advirtió, recientemente, que el diablo está dentro del Vaticano y, aunque es difícil encontrar pruebas, hay cardenales que no creen en Cristo y obispos relacionados con el demonio.
Por su parte, el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, calificó de “campaña mediática” y “persecución” contra la Iglesia Católica y el Papa por los escándalos sobre curas pederastas. Escobar Alas insistió en que son ataques “injustos”, aunque reconoció que en el interior del clero “ha habido fallas” porque la Iglesia “está constituida en una base humana”. Sin embargo, reparó en que “en el ambiente clerical de la Iglesia Católica las fallas (casos de pederastia) son muchísimo menores que en los demás ámbitos”.
Frente a la catedral católica de Westminster en Londres, la posición era otra. Un grupo de manifestantes, agrupados en la coalición “Protest the Pope”, reclamaron la renuncia de Benedicto XVI y señalaron que la visita del Papa a la isla en septiembre “no es bienvenida”.
Mientras el escándalo convulsiona a la Iglesia en Estados Unidos y Europa, ayer el portavoz jefe del Vaticano aseguró que los casos de abuso sexual deben “reconocerse” y los curas “ser separados”, incluso en incidentes ocurridos hace décadas. En el país, el Comité de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (Casacidn) llevó la causa del sacerdote Julio César Grassi ante el Comité de Derechos del Niño en las Naciones Unidas.
En su homilía del Domingo de Ramos, Benedicto XVI se defendió de las acusaciones que lo señalan como encubridor de curas pederastas antes de convertirse en Papa. Reconocen que “en el interior del clero ha habido fallas”.
“Charlatanerías.” La definición la utilizó ayer el papa Benedicto XVI para exculpar a la Iglesia Católica de las denuncias mediáticas que implican a sacerdotes –especialmente norteamericanos, irlandeses y alemanes– en casos de abusos sexuales a menores de edad y su figura cuestionada por casos de encubrimiento. Frente a miles de personas que esperaban las palabras de Joseph Ratzinger en la Plaza de San Pedro, por el Domingo de Ramos, el Pontífice aseguró que “el coraje no se deja atemorizar por las charlatanerías de las opiniones dominantes”.
La semana pasada, el diario The New York Times publicó, citando fuentes eclesiásticas, dos informes que responsabilizaban a Ratzinger de proteger en diversos momentos antes de convertirse en Papa a un sacerdote estadounidense y a otro alemán, ambos acusados de pedofilia.
“Cristo conduce hacia la bondad, que no se deja desarmar ni siquiera por la ingratitud”, apuntó el Pontífice en la plaza del Vaticano, luego de una semana en la que los voceros papales tuvieron que salir a cubrir al Santo Padre diciendo que “no tiene responsabilidad” en el caso del cura Peter Hullermann, separado de las actividades pastorales –que lo mantuvieron en contacto con los niños– recién el 16 de marzo pasado. Las primeras denuncias de abuso contra el prelado fueron en 1979, cuando actuaba en la arquidiócesis de Munich.
Entre las oraciones que inauguraron la Semana Santa, el Papa dijo que la fe en Dios ayuda a llevar “hacia el coraje de no permitir verse intimidado por el chisme mezquino de la opinión dominante”, y expresó cómo el hombre a veces “cae a lo más bajo, a niveles vulgares” y “se sume en el pantano del pecado y la falta de honradez”.
El tabloide norteamericano también fue el que el miércoles pasado publicó que Ratzinger, en 1996, permitió seguir en funciones a un cura estadounidense que había abusado de 200 niños sordos. Para entonces, el Papa ya había iniciado su carrera dentro del Vaticano. Aunque el diario vaticano L’Osservatore Romano respondió sosteniendo que no existió “ningún encubrimiento”.
“No existe duda alguna de que los ataques de la prensa internacional al Pontífice han sido sugeridos por el demonio, ya que tratándose de un Papa maravilloso, digno sucesor de Juan Pablo II, intenta tomársela con él”, satanizó el sacerdote exorcista Gabriele Amorth, de 85 años, según publicaron medios italianos.
El religioso exorcista sostuvo que el demonio “utiliza” a los curas para atacar a la Iglesia y advirtió, recientemente, que el diablo está dentro del Vaticano y, aunque es difícil encontrar pruebas, hay cardenales que no creen en Cristo y obispos relacionados con el demonio.
Por su parte, el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, calificó de “campaña mediática” y “persecución” contra la Iglesia Católica y el Papa por los escándalos sobre curas pederastas. Escobar Alas insistió en que son ataques “injustos”, aunque reconoció que en el interior del clero “ha habido fallas” porque la Iglesia “está constituida en una base humana”. Sin embargo, reparó en que “en el ambiente clerical de la Iglesia Católica las fallas (casos de pederastia) son muchísimo menores que en los demás ámbitos”.
Frente a la catedral católica de Westminster en Londres, la posición era otra. Un grupo de manifestantes, agrupados en la coalición “Protest the Pope”, reclamaron la renuncia de Benedicto XVI y señalaron que la visita del Papa a la isla en septiembre “no es bienvenida”.
Mientras el escándalo convulsiona a la Iglesia en Estados Unidos y Europa, ayer el portavoz jefe del Vaticano aseguró que los casos de abuso sexual deben “reconocerse” y los curas “ser separados”, incluso en incidentes ocurridos hace décadas. En el país, el Comité de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (Casacidn) llevó la causa del sacerdote Julio César Grassi ante el Comité de Derechos del Niño en las Naciones Unidas.