Chile: "¿Por qué no nos avisaron que el mar se nos vendría encima?"
Ramy Wurgaft | Rancagua (Chile)
Recién al mediodía del domingo, una patrulla de carabineros pudo entrar en Pelluhue, un pueblito de la región sureña del Maule, la más castigada por el terremoto del sábado.
La mayoría de los vecinos de esa la pintoresca localidad, enclavada entre los acantilados y el mar, había huido y los que se quedaron, apenas podían expresar con palabras los que les ocurrió. La mayoría de sus casas se derrumbaron por el seísmo, pero eso no fue todo.
Ayer, al despuntar la mañana, notaron que el mar había retrocedido varios metros. Eran un fenómeno que desconocían y que los lleno de miedo. Pero al observar que entre las rocas que quedaron expuestas había mariscos, trajeron sus cestas y se pusieron a recolectar aquella inesperada cosecha.
“El abuelo de unas de las familias, un hombre de más de noventa años, les advirtió que el repliegue de las agua era una mala señal. Qué después vendrían las olas y los arrastrarían mar adentro. Los más jóvenes pensaron que eran supersticiones y siguieron en lo suyo”, relató el sargento Rubén Sotomayor.
La profecía del anciano se cumplió al pie de la letra. A media mañana los pobladores divisaron una ola que se agigantaba y antes de poder escapar los alcanzó la tromba.
En la región del Maule y en parte de la región del Bio-Bio (llamadas así por los caudalosos ríos que las atraviesan) el tsumani que azotó a los poblados de la costa, fue casi tan devastador como el terremoto que lo antecedió.
Hasta el momento, las autoridades no han recabado el número de víctimas que dejó el oleaje.
En la desembocadura del Maule, se invirtió el orden de la naturaleza. En vez de que el río vaciara sus aguas en el mar, el mar entró en el cauce y los desbordó; reduciendo a las casas a astillas, empujando barcos pesqueros y animales hasta 200 metros tierra adentro.
La misma protesta se repite en boca de los supervivientes: “¿Por qué no nos avisaron que el mar se nos vendría encima?”
A Concepción, la ciudad más castigada, el maremoto le pasó de costado. Sólo las construcciones periféricas fueron alcanzadas por las olas. Algunas de hasta seis metros se abatieron contra costa con un ruido aterrador.
Los científicos coinciden en que es más fácil predecir un tsunami que un seísmo. De hecho, en la lejana Hawai, las autoridades competentes dieron la voz de alarma y se tomaron medidas de precaución.
¿Qué pasó en Chile?
La directora de la Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI), Carmen Fernández, comentó que la Armada de Chile, que posee los medios para predecir ese tipo de catástrofe, “tuvo problemas con en algunos instrumentos”.
A lo que el comandante Juan Pablo Willunsen replicó, bastante enfadado, que el ONEMI no reaccionó ante los informes que le transmitía la Armada.
“Nosotros tenemos instaladas unas boyas que miden la fluctuación de la marea y el oleaje. Transmitimos oportunamente los datos que se recogían. Pero no es de competencia nuestra difundir los llamados de alerta”, indicó el marino.
Pero la directora de ONEMI siguió defendiendo su versión. “Cuando preguntamos acerca de una variación en la altura de la marea, frente a Juan Fernández (un archipiélago bajo soberanía chilena), se nos habló (la Armada) de no más de 18 centímetros, cuando en realidad la variación era de varios metros”, expresó Carmen Fernández.
Chile dice la Armada cometió error en diagnóstico de tsunami
En la tarde del domingo el Gobierno chileno dijo que una repartición de la Armada cometió un "error de diagnóstico" que llevó a no activar adecuadamente las alertas ante el tsunami que devastó una zona costera de Chile, tras el terremoto de magnitud 8,8 que sacudió al país el sábado.
"La Armada cometió un error (...) Lo que ocurrió aquí fue un maremoto", dijo el ministro de Defensa, Francisco Vidal, a periodistas.
Recién al mediodía del domingo, una patrulla de carabineros pudo entrar en Pelluhue, un pueblito de la región sureña del Maule, la más castigada por el terremoto del sábado.
La mayoría de los vecinos de esa la pintoresca localidad, enclavada entre los acantilados y el mar, había huido y los que se quedaron, apenas podían expresar con palabras los que les ocurrió. La mayoría de sus casas se derrumbaron por el seísmo, pero eso no fue todo.
Ayer, al despuntar la mañana, notaron que el mar había retrocedido varios metros. Eran un fenómeno que desconocían y que los lleno de miedo. Pero al observar que entre las rocas que quedaron expuestas había mariscos, trajeron sus cestas y se pusieron a recolectar aquella inesperada cosecha.
“El abuelo de unas de las familias, un hombre de más de noventa años, les advirtió que el repliegue de las agua era una mala señal. Qué después vendrían las olas y los arrastrarían mar adentro. Los más jóvenes pensaron que eran supersticiones y siguieron en lo suyo”, relató el sargento Rubén Sotomayor.
La profecía del anciano se cumplió al pie de la letra. A media mañana los pobladores divisaron una ola que se agigantaba y antes de poder escapar los alcanzó la tromba.
En la región del Maule y en parte de la región del Bio-Bio (llamadas así por los caudalosos ríos que las atraviesan) el tsumani que azotó a los poblados de la costa, fue casi tan devastador como el terremoto que lo antecedió.
Hasta el momento, las autoridades no han recabado el número de víctimas que dejó el oleaje.
En la desembocadura del Maule, se invirtió el orden de la naturaleza. En vez de que el río vaciara sus aguas en el mar, el mar entró en el cauce y los desbordó; reduciendo a las casas a astillas, empujando barcos pesqueros y animales hasta 200 metros tierra adentro.
La misma protesta se repite en boca de los supervivientes: “¿Por qué no nos avisaron que el mar se nos vendría encima?”
A Concepción, la ciudad más castigada, el maremoto le pasó de costado. Sólo las construcciones periféricas fueron alcanzadas por las olas. Algunas de hasta seis metros se abatieron contra costa con un ruido aterrador.
Los científicos coinciden en que es más fácil predecir un tsunami que un seísmo. De hecho, en la lejana Hawai, las autoridades competentes dieron la voz de alarma y se tomaron medidas de precaución.
¿Qué pasó en Chile?
La directora de la Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI), Carmen Fernández, comentó que la Armada de Chile, que posee los medios para predecir ese tipo de catástrofe, “tuvo problemas con en algunos instrumentos”.
A lo que el comandante Juan Pablo Willunsen replicó, bastante enfadado, que el ONEMI no reaccionó ante los informes que le transmitía la Armada.
“Nosotros tenemos instaladas unas boyas que miden la fluctuación de la marea y el oleaje. Transmitimos oportunamente los datos que se recogían. Pero no es de competencia nuestra difundir los llamados de alerta”, indicó el marino.
Pero la directora de ONEMI siguió defendiendo su versión. “Cuando preguntamos acerca de una variación en la altura de la marea, frente a Juan Fernández (un archipiélago bajo soberanía chilena), se nos habló (la Armada) de no más de 18 centímetros, cuando en realidad la variación era de varios metros”, expresó Carmen Fernández.
Chile dice la Armada cometió error en diagnóstico de tsunami
En la tarde del domingo el Gobierno chileno dijo que una repartición de la Armada cometió un "error de diagnóstico" que llevó a no activar adecuadamente las alertas ante el tsunami que devastó una zona costera de Chile, tras el terremoto de magnitud 8,8 que sacudió al país el sábado.
"La Armada cometió un error (...) Lo que ocurrió aquí fue un maremoto", dijo el ministro de Defensa, Francisco Vidal, a periodistas.