Las Fuerzas Armadas participan en una megaoperación en favelas del norte de Río

El Gobierno estatal, sin recursos, pidió el auxilio de militares para contener las actividades de los narcotraficantes. A pesar del despliegue, los resultados fueron modestos

María Martín
Río de Janeiro, El País
Varias favelas de la zona norte de Río de Janeiro y sus alrededores amanecieron este sábado tomadas por la policía y cercadas por 3.600 soldados de las Fuerzas Armadas. El dispositivo tiene como objetivo reprimir el robo de carga, una de las actividades más lucrativas de los narcotraficantes, y es parte del llamado Plan Nacional de Seguridad que ha traído a las calles de Río, por la tercera vez en un año, 8.600 militares para intentar reducir los altos índices de criminalidad de la ciudad.


Las cifras de la operación al mediodía (hora local, 17.00 en España), sin embargo, estaban lejos de la grandilocuencia del despliegue de hombres armados, helicópteros y tanques. La policía cumplió 15 órdenes de busca y captura, pero nueve de sus objetivos ya estaban en la cárcel. Tres personas fueron detenidas en flagrante y dos murieron durante tiroteos con los agentes, según datos oficiales. Hasta el cierre de esta edición la policía había incautado apenas tres pistolas y dos granadas, cuatro quilos de cocaina y 13 de marihuana.

El robo de camiones con cargas, que van desde envíos de Correos hasta toneladas de tabaco, carne o yogures que se venden clandestinamente, se ha convertido en un problema crónico en Río de Janeiro. Además del tráfico de drogas, los criminales que dominan las favelas han encontrado en este delito una jugosa fuente de ingresos haciendo intransitables para los camioneros importantes vías de la ciudad. En los seis primeros meses de este año, hubo más de 5.000 robos de ese tipo, 27 por día. Un 25% más que en el mismo periodo del año pasado.

El Estado de Río, sin dinero para pagar a sus funcionarios públicos y mantener una mínima calidad en sus servicios básicos, tuvo que recurrir al Gobierno Federal para el envío de tropas con el objetivo de contener las actividades del crimen organizado. Cerca de 8.600 militares desembarcaron en Río el fin de semana pasado, además de un contingente de policías federales responsables por el control de carreteras y miembros de la Guardia Nacional. Las tropas permanecerán hasta diciembre de este año, pero ya se da por hecho que ese plazo puede extenderse hasta finales de 2018, cuando se convocarán las elecciones presidenciales.

El objetivo, como ya se vio durante los Juegos Olímpicos hace exactamente un año, es integrar las diferentes fuerzas de seguridad estatales y federales en el combate al crimen, aunque no necesariamente tenga los resultados esperados. Durante los Juegos, con 21.000 soldados patrullando hasta las playas cariocas, los robos en las calles aumentaron más de un 66%; los robos de carga un 50% y los de vehículos un 33%. Durante el Mundial de Fútbol de 2014, que también contó con el apoyo de las Fuerzas Armadas, esos índices también se dispararon

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