Sabaya, punto de inicio del negocio de autopartes

Los contrabandistas adquieren vehículos en Iquique en $us 1.000 y en Sabaya los desmantelan. Las autopartes luego son revendidas en El Alto, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz

Ivan Paredes Tamayo
El Deber
El campanario de la iglesia de la Virgen Candelaria de Sabaya repica. Los niños salen de la escuela y corren por la plaza en un intenso frío y un viento que levanta polvareda. Así, parece que en Sabaya, localidad ubicada en el departamento de Oruro, el contrabando dejó de azotar al municipio. Pero no, ahora en esta localidad se vive el arranque del comercio ilegal de repuestos para vehículos.



A Sabaya llegan vehículos de segunda mano, comprados en Chile, por algunas de las 112 rutas ilegales que fueron detectadas en la frontera con Bolivia. En esa localidad, a 45 kilómetros de los límites entre los dos países, se desmantelan los carros y se acopia las autopartes que luego son comercializadas, principalmente, en la ciudad de El Alto, pero también llegan a los mercados de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.


El negocio es rentable. Un contrabandista adquiere el vehículo en Iquique en $us 1.000, luego lo introduce a Bolivia por rutas clandestinas y en Sabaya lo desmantela. Luego vende los repuestos y logra ganar hasta $us 4.000, cuatro veces más de lo que invirtió.


Las casas de ese pueblo orureño que cuenta con 11.000 habitantes, tienen los garajes amplios, con espacio para que ingrese un camión o varios vehículos. Estos lugares se convierten en centros mecánicos donde los pobladores despojan de hasta lo más irrelevante de un motorizado, como un limpiaparabrisas. Todo sirve para vender.


El alcalde de Sabaya, Edgon Villca Viza, admite que el tema del contrabando no ha sido solucionado. “Está casi superado el problema (del contrabando)”, reconoce el burgomaestre.

Punto crítico
Sabaya es para la Aduana y el Gobierno el núcleo del comercio de mercadería ilícita. En noviembre del año pasado efectivos militares cercaron la localidad. Había cerca de 50 camiones llenos de contrabando estacionados al interior de los domicilios. Mediante un acuerdo con las autoridades del pueblo se logró incautar los productos, que en su mayoría era línea blanca y negra y ropa usada.
Un poblador de Sabaya, que prefirió no identificarse, relató que el contrabando tuvo “una pausa” en el sector, pero reveló que el paso ilegal de productos se produce, sobre todo, por las madrugadas. “Llega medianoche y se escuchan ruidos de los motores de los camiones. Pasa un tiempo y se van”, afirmó.
En un domicilio hay una decena de vehículos. Todos sin placas y la mayoría con los vidrios rotos. “Esos se ‘charquean’ (desmantelan) para vender sus repuestos”, explica otro vecino, que guarda su identidad.
La autoridad originaria de Sabaya es Antonio García Mamani. Él admite que el contrabando afecta al municipio y trata de explicar que su pueblo se mantiene gracias al ganado camélido y a los cultivos de quinua.


El ministro de Defensa, Reymi Ferreira, apunta a Sabaya como el lugar ‘emblemático’ del contrabando. Según la autoridad, los grupos ilícitos en ese sector operaran con teléfonos satelitales y drones. “Es por eso que se decidió aumentar el control de la frontera con Chile. Es por ahí que ingresa el 70% del contrabando al país y Sabaya es un caso emblemático”, remarcó Ferreira.

Casas laterales
Es mediodía del 6 de junio. Muchos salen de sus casas para almorzar en los pocos restaurantes del pueblo. Otros se quedan y muy pocos trabajan en otros rubros. En los costados del pueblo están las casas donde se desmantelan los coches.


En una de ellas están trabajando dos mecánicos. Miran con mucha cautela a los que pasan. Se echan bajo el coche y vuelven a operar. Están sacando el motor y partes delanteras de un Toyota Noah. Uno de los mecánicos guarda los repuestos en una caja de metal. El otro sigue bajo el coche. Al lado, otros cuatro también desmantelan motorizados.


“Los vehículos llegan de Chile de forma ilegal y acá los ‘charquean’ (desmantelan) para luego llevar las autopartes a las ciudades. Es algo nuevo, ya que se puede ganar hasta cuatro veces lo invertido”, reitera el dato un tercer comunario del lugar.


Rolín Colque Calleja es el encargado de la Policía en Sabaya. El suboficial ve avances en la lucha contra el contrabando, pero admite que los grupos ilegales “se dan modos” para introducir mercadería ilegal al país. Sobre el comercio de la venta de autopartes, dijo que desconoce esa metodología.
Este frío sector es uno de los principales pasos del contrabando. El periplo empieza en Pisiga (paso fronterizo) y luego sigue a Sabaya y comunidades aledañas. Un tercer punto crítico es el municipio de Huachacalla, donde el tráfico ilegal de productos electrónicos aún no fue superado.


Sabaya descansa algo por la mañana y mientras se oculta el sol la gente empieza a salir de sus casas. Es una tradición que los pobladores recen el rosario en puertas de la iglesia y que los niños jueguen en la plaza central. Eso parece demostrar que es un pueblo común, pero sus calles laterales muestran todavía su aparente religión: el contrabando.

Entradas populares