Lo dice la ciencia: hay personas que no deberían madrugar nunca

clarin.com
Levantarse temprano representa para muchos un enorme esfuerzo. Incluso al grado de convertirse en la tarea más difícil que afrontarán en toda una jornada repleta de tareas. Otros, en cambio, (¿los menos?) se despiertan con facilidad y encaran las primeras horas del día con mucha vitalidad y entusiasmo. Los rendimientos de cada grupo en el día también responde a ese proceder. Los más “holgazanes” serán menos productivos por la mañana pero subirán su eficacia hacia la tarde-noche. Los otros, exactamente lo contrario. ¿Cómo se explica eso?
Para explicarlo, la ciencia creó tres tipos distintos de adaptación a dichos ritmos biológicos -denominados cronotipos-: Los madrugadores (o alondras), que se levantan temprano y aprovechan la mayor parte de la mañana; los vespertinos (o buhos), opuestos a los alondras, cuyo rendimiento aumenta durante el día; y los colibríes, que se ubican en el medio (aunque pueden acercarse a uno u otro aunque sin llegar al extremo). Se adaptan con mayor facilidad a los cambios de horario.


Sin embargo, un nuevo estudio realizado en el Instituto de Investigación de Biología Molecular y Biofísica de la Academia de Ciencias de Rusia reveló que en realidad hay mucho más detrás de estos cronotipos y que ciertas personas nunca deberían levantarse temprano en la mañana.


Para la investigación, cuyos resultados fueron publicados en la revista Personality and Individual Differences, los científicos examinaron a 130 participantes que tuvieron que mantenerse despiertos durante 24 horas con objeto de comprobar su nivel de energía en este lapso de tiempo.

Las conclusiones determinaron que existen personas que pueden permanecer durante todo el día con un bajo nivel de energía (identificados como “aletargados”) y otras que son capaces de seguir activos todo el día a pesar de la privación del sueño e independientemente del horario al que se hubieran levantado (identificados como “enérgicos”).

Para los aletargados, madrugar es una mala opción, puesto que teniendo en cuenta que su energía va acrecentándose conforme discurre el día con una interesante productividad por la tarde-noche, despertarse con las primeras luces del sol solo puede llevar a que el tiempo invertido no sea del todo eficaz. Esto se debe a que el ritmo circadiano de los “aletargados” no está bien sincronizado con el ciclo natural de luz y oscuridad.

Las personas madrugadoras (enérgicas) tienen su mayor pico de actividad del día al mediodía -precisamente cuando más intensa es la luz del Sol-. En tanto, las personas vespertinas (aletargadas) tienen su mayor pico de actividad hacia la noche al no estar sincronizados con este ciclo de luz.

Otro estudio, llevado a cabo por el Centro Nacional de Neurología y Psiquiatría de Tokio (Japón), encontró la clave en la genética. Así, el gen PER-3, uno de los genes de nuestro reloj biológico, es clave para marcar la propensión a despertarnos más tarde o más temprano, así como nuestro nivel de energía a lo largo del día.

Tener conocimiento de nuestro cronotipo y ajustarlo al ritmo circadiano natural, nos facilitará un mejor ritmo de trabajo y, por supuesto, un mejor estado de ánimo y de salud.

Características principales de cada cronotipo

Alondras

Tienen un ritmo circadiano matutino, es decir, que suelen tener su potencial productivo a primeras horas de la mañana y su cansancio va en aumento a lo largo del día. En general se trata de personas bastante organizadas, que no suelen llevar bien los cambios repentinos de horario, y que en general se muestran más reflexivas y realistas que los búhos.

Colibríes

Las personas que pertenecen al cronotipo Colibrí son las que mejor se adaptan a los cambios en el horario. No obstante, no todos los colibríes se “adaptan perfectamente” a cualquier horario, sino que también existen colibríes de tipo vespertino o matutino, es decir, que tienden hacia las alondras o los búhos, sin ser tan extremos.

Búhos

Los Búhos son personas con un ritmo circadiano vespertino. Suelen ser personas poco productivas a primeras horas de la mañana, pero que se activan a lo largo del día, consiguiendo el pico de productividad a media tarde, y por la noche siguen bastante despejados, por lo que tienden a acostarnos tarde. Debido a que los horarios laborales y comerciales suelen ser diurnos, algunos búhos acaban teniendo algunos trastornos del sueño. Suelen ser personas bastante creativas, impulsivas y con mayor nivel de abstracción que las alondras, además de tolerar mejor el trabajo bajo presión.

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