Merkel ofrece a Trump colaboración y un aumento en el gasto militar

“Alemania ha entendido el mensaje y ha empezado a reaccionar”, asegura la canciller

Luis Doncel
Berlín, El País
Berlín deseaba otro presidente de EE UU. Pero, pasada una semana de la victoria de Donald Trump, es hora de pensar en el futuro de las relaciones transatlánticas. La canciller Angela Merkel utilizó su despedida de Barack Obama para tender una mano a su sucesor. La líder alemana ofreció el jueves a Trump colaboración “con total apertura y convencimiento”. Y, para empezar, habló de la necesidad de gastar más en defensa, una petición tradicional de Washington. “Alemania ha entendido el mensaje y ha empezado a reaccionar”, dijo.


En privado, los responsables del Gobierno alemán admiten que no saben a qué atenerse a partir del 20 de enero, cuando Trump asuma el cargo con más poder del mundo. Pero algunos aspectos sí están claros. La presión para que Alemania y el resto de Europa asuman una mayor responsabilidad en su defensa, es decir, que suban el presupuesto militar, aumentará. Pero esta presión ya existía antes de Trump.

“Europa ha sido en ocasiones autocomplaciente con su propia defensa”, criticó Obama en abril, durante su anterior visita a Alemania. Y es seguro que una presidenta Hillary Clinton habría empujado en la misma dirección. Pero el candidato republicano fue más allá durante la campaña: rompió un tabú de décadas y cuestionó el compromiso de EE UU con la OTAN si sus socios no aportaban más dinero. Alemania destina a defensa cerca del 1,3% de su PIB, lejos del objetivo de la OTAN de alcanzar el 2%.

Merkel recordó la importancia vital del vínculo con EE UU, del que dijo que era una parte irrenunciable del destino de Alemania. La creciente influencia de la primera potencia europea también obliga a asumir más responsabilidades en el mundo, admitió. “Voy a poner todo por mi parte para trabajar bien con el nuevo presidente”, añadió. Es esta una oferta ligada a valores comunes de ambos países de democracia, derechos humanos y una visión abierta y liberal de la sociedad. Pero frente a este mensaje de mano tendida a Washington, hay temas vitales para Merkel que chocan con los planes de Trump: el compromiso con el comercio internacional y contra el cambio climático.

La visita de Obama ha revolucionado el centro de Berlín, cuyo espacio aéreo estará cerrado hasta el viernes. Las personas que viven frente al Adlon, el hotel cercano a la Puerta de Brandenburgo donde se aloja el presidente, tienen prohibido estos días abrir sus ventanas o salir a los balcones. La seguridad del mandatario es lo más importante.

Además de ocasionar molestias a los berlineses, Obama llegó a Alemania con un mensaje para la canciller y el resto de líderes europeos: la victoria de Trump no cambiará las alianzas que EE UU ha tejido en los últimos 70 años. El aún presidente trató de rebajar la preocupación asegurando que Trump es un pragmático, no un ideólogo. “La democracia americana es más grande que una sola persona”, aseguró el miércoles en Atenas.
El acuerdo comercial, congelado

Los dos líderes que el jueves se reunieron en Berlín son probablemente los que más se han esforzado por impulsar el tratado comercial y de inversiones entre la UE y EE UU. Este proyecto ya languidecía antes de noviembre pero, tras la victoria de Donald Trump, puede darse definitivamente por muerto.

La canciller Angela Merkel admitió implícitamente el fin de estas negociaciones, al menos por un prolongado periodo de tiempo. “Estoy segura de que un día volveremos a él”, dijo.
“Votaría a la canciller”

Obama, como se ha dedicado a hacer en los últimos meses, llenó el jueves de halagos a Merkel, a la que, según aseguró, votaría si fuera alemán. “Aunque no sé si al decir esto le hago un favor”, dijo de la mujer a la que ha definido como su colaboradora internacional más cercana en los últimos ocho años. Obama bromeó diciendo que esta no será su última visita a Alemania. Que volverá para asistir al Oktoberfest. “Probablemente sea mejor que lo haga como expresidente que como presidente. Me divertiré más”.

El aún presidente de EE UU se verá con Merkel a lo largo de estos tres días. Lo hizo el miércoles, en una cena improvisada en el hotel Adlon que incluyó el típico currywurst berlinés. Lo hizo el jueves en el encuentro bilateral y una cena posterior en la Cancillería, a la que asistieron personajes de la música, el deporte y la ciencia como el director de orquesta Daniel Barenboim o el seleccionador de fútbol de EE UU, el alemán Jürgen Klinsmann. Y lo hará también el viernes, en una reunión a la que se unirán los líderes de Francia, François Hollande; Reino Unido, Theresa May; Italia, Matteo Renzi; y España, Mariano Rajoy.

El presidente del Gobierno español y la canciller alemana almorzarán a solas en lo que supone la vuelta de España al escenario político europeo tras un año ausente del bloque político.

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