La gran mentira de los números con ángulos
La evolución de la caligrafía resulta de un proceso cultural e histórico, no de artificios geométricos
InfobaeA lo largo de la historia existieron muchas mentiras famosas: el monstruo del Lago Ness, o que la gran Muralla China se ve desde el espacio. Pero ninguna tan persistente como esta.
Eso es absolutamente falso. No tiene nada que ver con el origen real de los números. Nuestro sistema de numeración nació en la India, y la forma de las cifras evolucionó a partir de grafías desarrolladas allí hace más de mil años.

Además, basta mirar con un poco de atención: ¿viste lo que es ese “7” o ese “9” del dibujito?
Pero lo más curioso es que esta no es la única teoría disparatada que se inventó para explicar el origen de los números. En su libro Historia universal de las cifras, el matemático Georges Ifrah recopila varias de estas explicaciones fantasiosas que circularon durante siglos.
A finales del siglo XIX, el francés P. Voizot propuso una teoría muy similar a la de los “ángulos”. Sin embargo, también sostenía que era “igualmente probable” que los numerales se hubieran formado a partir de un cierto número de líneas.
Otra hipótesis apareció mucho antes, en 1642, de la mano del italiano Mario Bettini, y fue retomada nueve años después por el alemán Georg Harsdörffer.
Según esta idea, la representación ideográfica de las nueve unidades se basaba en una cantidad determinada de puntos que se unían entre sí para formar cada cifra.

En el siglo XVIII surgió otra explicación aún más rebuscada. El alemán Wiedler, afirmaba que los numerales surgían de la división de una figura compuesta por un círculo y dos de sus diámetros.
De ese esquema geométrico se habrían obtenido todas las cifras: el diámetro vertical daría lugar al 1; ese mismo diámetro con dos arcos formaría el 2; un semicírculo con un radio horizontal produciría el 3, y así sucesivamente, hasta llegar al 0, representado por el círculo completo.
Por último, en 1727, Jacob Leupold ofreció otra “explicación”, conocida como la leyenda del anillo de Salomón. Según esta teoría, los numerales se formaron de manera sucesiva al inscribir un cuadrado y sus diagonales dentro de un anillo.
La realidad, como suele pasar, es mucho menos misteriosa pero mucho más interesante: los números que usamos todos los días son el resultado de una larga evolución cultural, histórica y matemática, no de trucos geométricos ingeniosos ni de dibujos con ángulos contados a dedo.


