Suiza acaricia el Mundial

Los helvéticos dan otra exhibición de solidez para lograr la clasificación virtual. Suecia, de desastre en desastre.

Juanma Leiva
As
Suiza se ha convertido en una habitual de las fases finales de los grandes torneos en el siglo XXI. Presente en los últimos cinco Mundiales, y en cuatro superando la primera fase, el fútbol helvético da pasos adelante como uno de los más consolidados del continente. Este sábado dio otra muestra para lograr un pase casi definitivo al Mundial 2026 ante una Suecia (4-1) que es todo lo contrario, mucho nombre pero de desastre en desastre.

Ginebra rugía en una noche que se esperaba de fiesta. Los de Murat Yakin, además, correspondían en los primeros minutos con esa presión arriba, que es seña de identidad, y chispazos en ataque de sus jugadores más talentosos. Así llegó el 1-0. El centro de Ndoye le llegó a los pies de un Embolo, tocado con una varita cuando se enfunda la camiseta de la selección. De fuerte disparo anotaba su cuarto gol en cinco partidos en esta fase de clasificación.

Tras ese primer golpe, Suecia no se desmoronó todavía. Sin su multimillonaria dupla Isak-Gyökeres en la delantera (el del Liverpool salió en la segunda mitad), el seleccionador Graham Potter apostó por algunos de los menos habituales, que aprovecharon la ocasión para plantar cara. Al menos en esos primeros 45 minutos. Una gran volea de Nygren provocó quizá el único silencio de la noche en las gradas del estadio suizo.

Suiza acaricia el MundialJohan Manzambi celebra el 4-1.FABRICE COFFRINI

Pero fue un espejismo porque Suecia es un flan. Que se deshace cuando le aprietan. Y Suiza casi le estranguló hasta que provocó un error tras la reanudación casi definito. Una salida en falso del meta Johansson, que se llevó por delante a Embolo, permitió a Suiza encarrilar el choque desde el punto de penalti. Xhaka, el faro que guía a esta máquina de precisión en la que se ha convertido la selección de la cruz blanca, convirtió con elegancia el 2-1.

Ndoye, para redondear su gran partido, y el joven Manzambi, la esperanza de 20 años llamada a liderar el futuro de los helvéticos, certificaron una goleada que muestra la diferencia entre dos selecciones que, por nombre, deberían estar mucho más parejas. Pero la realidad es que Suiza se ve en el Mundial (solo una goleada de Kosovo en el último partido se lo impediría) y Suecia debe apelar a la vía de la Nations League para no consumar un enorme batacazo.

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