Los beneficios ocultos del golf: cómo mejora el sistema cardiovascular, la movilidad y la salud emocional

Especialistas y estudios recientes destacan ventajas poco conocidas de este deporte, que van más allá del ejercicio físico. Las claves que transforman esta práctica en una herramienta valiosa para la salud integral

Ejercicio aeróbico y efectos cardiovasculares

Los beneficios cardiovasculares del golf han sido ampliamente documentados. Julia Kettinen, especialista en medicina del ejercicio de la Universidad de Finlandia Oriental, sostiene que este deporte “no parece ejercicio, pero ofrece la combinación perfecta de actividad aeróbica, trabajo muscular, ejercicio cerebral y tiempo en la naturaleza”.

Un recorrido de 18 hoyos implica caminar hasta 10 kilómetros, lo que representa más de 11.000 pasos por ronda y supera las recomendaciones habituales de actividad física diaria, explicó David Lindsay, exjefe de fisioterapia en la Universidad de Calgary. Esta cantidad de movimiento puede llevar a un gasto de entre 700 y 900 calorías por partida, cifra que se incrementa si el jugador transporta la bolsa de palos.

Esta actividad física ayuda a reducir los riesgos de enfermedades como la demencia, el cáncer, la depresión y la diabetes tipo 2. Un estudio reciente demostró que una ronda de 18 hoyos produce mejoras inmediatas en la presión arterial y la frecuencia cardíaca, en algunos casos superiores a las registradas tras caminatas rápidas de igual duración.

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Recientes estudios destacan que el golf aporta beneficios cardiovasculares, musculares y mentales superiores a los esperados (Imagen Ilustrativa Infobae)

Neil Wolkodoff, director médico del Colorado Center for Health and Sports Science, explica que el golf, al mantenerse por debajo del umbral anaeróbico, promueve la utilización de grasas como fuente de energía, favoreciendo la reducción de lípidos en sangre y del tejido graso corporal. Un estudio realizado en Suecia con más de 300.000 participantes reveló que los golfistas presentan un 40% menos de mortalidad y una esperanza de vida cinco años mayor que la población general.

Músculos, equilibrio y movilidad

En el plano musculoesquelético, el golf activa más grupos musculares de los que habitualmente se supone. Rami Hashish, consultor en biomecánica del National Biomechanics Institute, detalló que el swing completo involucra glúteos, caderas, oblicuos, espalda, hombros y antebrazos en una cadena cinética que recorre todo el cuerpo.

Transportar o empujar una bolsa de 9 a 14 kilogramos suma una resistencia de bajo peso y alta repetición, que favorece la estabilidad del core y el mantenimiento de la masa muscular magra. No obstante, Wolkodoff aclara que el golf no alcanza la intensidad necesaria para aumentar la fuerza o el tamaño muscular de forma significativa.

Además, cada swing diario contribuye a mantener la movilidad de la columna y la postura, mientras que caminar por terrenos irregulares fortalece los estabilizadores de tobillos y caderas. Juan Uribe-Toril, profesor de la Universidad de Almería, explicó que “los golfistas suelen notar mejor equilibrio, flexibilidad y coordinación, cualidades que ayudan en la vida diaria y en otros deportes”.

El golf reduce riesgos de
El golf reduce riesgos de enfermedades como demencia, cáncer, depresión y diabetes tipo 2, y mejora la esperanza de vida (Imagen Ilustrativa Infobae)

El golf potencia la propiocepción, es decir, la coordinación cerebral y corporal para mantener la estabilidad. Lindsay afirmó que estos factores resultan esenciales para minimizar el riesgo de caídas en personas mayores.

Salud mental, cerebro y bienestar social

En referencia a la salud mental y cognitiva, el golf exige una toma de decisiones constante: visualizar cada golpe, calcular distancias, ajustar la postura y ejecutar movimientos precisos. “No solemos pensar en el golf como un entrenamiento cerebral, pero lo es absolutamente”, afirmó Gomes-Osman. Esta disciplina activa áreas relacionadas con la planificación y la resolución de problemas.

El ritmo pausado favorece la conversación y las relaciones, componentes claves del bienestar emocional y aliados en la lucha contra la soledad, destacó Kettinen. Una revisión publicada en el British Journal of Sports Medicine sostiene que la combinación de actividad física, tiempo en la naturaleza y conexión social aumenta la resiliencia cognitiva.

Además, pasar varias horas al aire libre potencia la exposición a la luz solar, que contribuye a la síntesis de vitamina D, una mejor visión y regulación del ritmo circadiano, con impacto positivo sobre el sueño. La inhalación de fitoncidas, compuestos presentes en áreas verdes, fortalece el sistema inmunológico.

El golf estimula la toma
El golf estimula la toma de decisiones, la planificación y la resolución de problemas, fortaleciendo la salud mental y cognitiva (Imagen Ilustrativa Infobae)

Cómo prevenir lesiones y jugar de manera segura

El golf no está exento de riesgos. Las lesiones más comunes afectan la zona lumbar, el codo, el manguito rotador y las muñecas, debido a movimientos repetitivos o técnica deficiente, refirió Hashish. Para prevenirlas, los especialistas aconsejan realizar estiramientos dinámicos antes y después del juego.

La correcta postura y técnica son esenciales. Tomar clases de iniciación es útil para corregir errores habituales, como el exceso de fuerza en el swing o un mal agarre, que suelen llevar a lesiones en codos y hombros. Forzar el cuerpo ante el dolor favorece la aparición de problemas crónicos.

Tomando las precauciones adecuadas, los beneficios de una mañana en el campo de golf pueden extenderse mucho más allá del último hoyo. Como concluyó Lindsay en National Geographic, la sencillez del golf, la belleza de sus escenarios y los desafíos constantes ofrecen ventajas reales para la salud y lo posicionan como una de las prácticas más completas y gratificantes para el bienestar integral.

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