Taiwán denunció que China instaló plataformas petroleras en sus aguas
Las autoridades del territorio insular advierten que el avance de construcciones marítimas impulsadas por su vecino en disputa compromete la estabilidad en el entorno geopolítico
El país presidido por Lai Ching-te considera que estas actividades constituyen una infracción al derecho internacional y un desafío directo a su control sobre espacios marítimos estratégicos.
Según Taipéi, esta presencia activa de CNOOC forma parte de una campaña sistemática de presión por parte de Beijing, basada en la combinación de acciones económicas, legales y de desinformación.
En tanto, un reporte de The Guardian, agrega que algunas de estas plataformas, de hasta 240 metros de largo, figuran entre las mayores del continente. Además, expertos advierten que la tecnología empleada podría tener potencial de uso dual: explotación de recursos y funciones asociadas a escenarios de coerción, bloqueo o proyección de fuerza.
Taipéi sostiene que las instalaciones chinas violan principios de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), a pesar de que ninguno de los dos países son partes oficiales del tratado, debido al estatus internacional de la isla.
Las autoridades locales han emitido una exigencia pública para que Beijing detenga de inmediato todas las actividades de exploración o extracción en las zonas reclamadas por Taiwán y otros Estados de la región afectados.

En paralelo, según informó el medio local Taiwan News, la portavoz presidencial Karen Kuo señaló que los organismos de seguridad y defensa de Taiwán monitorean de forma constante la situación en torno a Dongsha (Pratas) y están evaluando riesgos, además de consultar a socios regionales para coordinar respuestas conjuntas.
El gobierno japonés también ha reportado recientemente la presencia de plataformas chinas en su zona económica exclusiva, calificando estos movimientos como intentos unilaterales de explotar recursos en áreas disputadas.
Debido a su aislamiento diplomático, Taiwán carece de mecanismos legales internacionales plenamente funcionales para resolver disputas marítimas, lo que limita su capacidad de defensa a labores de vigilancia llevadas a cabo por la guardia costera y la coordinación entre agencias nacionales.
Expertos advierten que la falta de protestas oficiales contundentes puede favorecer la consolidación de la estrategia de ocupación progresiva emprendida por Beijing.

Finalmente, analistas como Ray Powell, del SeaLight Project de la Universidad de Stanford, alertan que la instalación de plataformas petroleras responde a un patrón regional de expansión, cuyo objetivo es ampliar el control marítimo de China y restringir el margen de maniobra defensivo de Taiwán. Para la isla, el despliegue representa un reto legal, estratégico y de soberanía en una de las regiones marítimas más sensibles de Asia.
En los últimos cinco años, Beijing ha incrementado la presión sobre Taiwan mediante la ampliación de estructuras en el mar y con maniobras de aeronaves y patrullas navales cerca de sus fronteras.
The Guardian detallan que académicos chinos como Zhu Feng (Universidad de Tsinghua), sostienen que China justifica estas actividades de Taiwan, como también las denuncias de Japón, señalando necesidades energéticas internas, aunque reconoce que reflejan una postura firme en la defensa de sus derechos regionales.
Analistas internacionales concuerdan en que el despliegue sistemático de plataformas cerca de Pratas simboliza una disputa por recursos energéticos y un nuevo episodio en el pulso geopolítico y estratégico en el mar de China Meridional.