Sequías históricas, inundaciones devastadoras y glaciares en retroceso: el impacto del cambio climático en el ciclo del agua
El último informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierte que la alteración de los patrones hídricos impacta en la ecología mundial, pero también en la economía global
El análisis, citado por CNN, advierte sobre los graves riesgos que enfrenta la humanidad a medida que el cambio climático altera los patrones hídricos fundamentales del planeta.
¿Cómo funciona el ciclo global del agua y qué lo está alterando?

El ciclo del agua es el proceso mediante el cual el líquido se mueve a través de la Tierra: se evapora de suelos, lagos y ríos, se eleva como vapor hacia la atmósfera, recorre largas distancias y, finalmente, regresa en forma de lluvia o nieve.
Este flujo regular se ha visto alterado por la influencia humana, principalmente a raíz del uso de combustibles fósiles, generando modificaciones profundas en temperatura y precipitación.
Según la OMM, en 2024 aproximadamente dos tercios de las cuencas fluviales del mundo quedaron fuera de sus condiciones habituales. Muchas de ellas sufrieron excesos o déficits de agua, lo que generó desequilibrios en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos.
El informe anual analiza la situación del agua dulce en arroyos, ríos, lagos, embalses, fuentes subterráneas, nieve y hielo a escala global.
Sequías e inundaciones sin precedentes

El año 2024, el más caluroso jamás registrado, dejó cicatrices profundas en varias regiones. Grandes extensiones de Sudamérica, especialmente alrededor del Amazonas, vieron sus ríos llegar a niveles mínimos históricos. En el sur de África, la sequía fue tan severa que los gobiernos se vieron forzados a sacrificar cientos de animales, incluidos elefantes, debido a la falta de agua.
Solo en Estados Unidos, zonas agrícolas como Texas, Oklahoma y Kansas experimentaron la marchitez de los cultivos tras meses sin lluvias.
La excepcionalidad climática no se limitó a la sequía. El informe de la OMM documenta un elevado número de inundaciones respecto a años anteriores. Europa enfrentó sus peores inundaciones desde 2013; en Estados Unidos, el paso del huracán Helene resultó en la muerte de al menos 230 personas, mientras que las inundaciones masivas en África occidental y central ocasionaron cerca de 1.500 fallecidos.
A esto también hay que sumarle la calidad del agua. Se deterioró en los principales cuerpos lacustres del mundo, afectando directamente el acceso en comunidades críticas.
El retroceso alarmante de los glaciares

Los paisajes helados han sufrido un golpe contundente. El informe destaca que, por tercer año consecutivo, los glaciares a nivel global registraron importantes pérdidas, con una reducción total que alcanzó las 450 gigatoneladas de hielo.
Esta cifra equivale a un bloque de 6,9 kilómetros de lado o la cantidad necesaria para llenar 180 millones de piscinas olímpicas. Regiones como Escandinavia, el archipiélago ártico de Svalbard y el norte de Asia reportaron derretimientos alarmantes.
Esta situación incrementa el riesgo de aumento del nivel del mar y amenaza a los países que dependen del hielo glaciar para generar energía, irrigar cultivos y abastecer agua potable.
El derretimiento masivo tiene consecuencias directas: facilita inundaciones, compromete recursos estratégicos y pone en jaque a poblaciones enteras que dependen de los glaciares como fuente principal de agua.
Impacto económico, social y ecológico: una amenaza global

Cuantificar el costo total de este ciclo hídrico alterado es una tarea compleja y experiencias recientes ofrecen un panorama preocupante. Solo el año pasado, inundaciones puntuales generaron daños valorados en miles de millones de dólares, explicó Stefan Uhlenbrook, autor principal del informe y director de hidrología, agua y criosfera de la OMM.
Además, la variabilidad en la cantidad y el acceso al agua puede estimular tensiones y conflictos entre comunidades y naciones.
El agua es un recurso esencial para la vida: “El agua sustenta nuestras sociedades, impulsa nuestras economías y mantiene nuestros ecosistemas”, señaló Celeste Saulo, científica argentina y secretaria general de la OMM.
Sin embargo, la presión sobre los recursos hídricos aumenta, mientras que los fenómenos meteorológicos extremos provocan consecuencias cada vez más graves en las vidas y los medios de subsistencia a nivel mundial.
Las evidencias presentadas por la Organización Meteorológica Mundial subrayan la urgencia de actuar frente a los cambios del ciclo del agua y la necesidad de resguardar este recurso fundamental para el futuro del planeta