La policía de Moldavia detuvo a 74 personas por el presunto plan ruso para desestabilizar el país
Las autoridades moldavas realizaron 250 redadas en diversas localidades, arrestando a decenas de sospechosos vinculados a un operativo que, según las investigaciones, busca incitar disturbios masivos en vísperas de elecciones parlamentarias cruciales
La investigación se centra en un grupo de personas a quienes se acusa de coordinarse desde el territorio ruso a través de redes criminales, de acuerdo con la policía moldava. Furtuna detalló, según declaraciones recogidas por Reuters, que la mayoría de los detenidos “viajaban de manera sistemática” a Serbia, donde habrían recibido entrenamiento, y que su rango de edad oscila entre 19 y 45 años.
El jefe de la policía de Moldavia, Viorel Cernauteanu, explicó en conferencia citada por AFP que parte de los implicados desconocía, al principio, el objetivo real de sus viajes, que se presentaban como peregrinaciones y que posteriormente se transformaban en instancias de “entrenamiento para el desorden y la desestabilización”. Cernauteanu subrayó que la investigación “no está dirigida a entidades políticas, pese a las interpretaciones”, sino al esclarecimiento de las actividades criminales organizadas de los individuos que viajaron a Serbia.
Tras las redadas, la presidenta prooccidental Maia Sandu responsabilizó al Kremlin en una declaración difundida por Bloomberg, afirmando que Rusia invierte “cientos de millones de euros” para intentar influir en las elecciones.

Sandu alertó que “cientos de individuos son pagados para provocar desórdenes, violencia y esparcir miedo”, y llamó a la ciudadanía a evitar que el país “sea entregado a intereses extranjeros”. Agregó que el Kremlin “tiene cómplices aquí en Moldavia”, refiriéndose a quienes, en sus palabras, “están dispuestos a vender a su país por dinero”.
Desde hace años, las autoridades moldavas acusan a Rusia de librar una guerra híbrida, que incluiría injerencias electorales, campañas de desinformación y financiación ilícita de partidos prorrusos, con el objetivo de frenar la integración de Moldavia en la Unión Europea (UE). En respuesta a las acusaciones, Moscú ha negado reiteradamente cualquier intento de injerencia en los asuntos internos moldavos, según declaraciones recogidas por TASS.
El clima político en Moldavia se mantiene tenso desde que el país solicitó su ingreso a la UE tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, solicitud a la que Bruselas respondió otorgando el estatus de candidato ese mismo año y abriendo las negociaciones de adhesión en 2023. El giro hacia Occidente del gobierno moldavo ha provocado un deterioro de las relaciones con Moscú y una escalada en las tensiones bilaterales.