El primer ministro de Moldavia acusó a Rusia de financiar una campaña multimillonaria para influir en las elecciones parlamentarias

El país reforzó controles financieros y cibernéticos tras denuncias de hackeos y disturbios, mientras líderes europeos expresan su apoyo al gobierno y la sociedad debate el futuro entre Bruselas y Moscú

Según Recean, la intervención rusa emplea diversos métodos. Hace referencia al financiamiento ilícito de partidos opositores, presuntas compras de votos, ciberataques a infraestructuras estatales y campañas digitales diseñadas para manipular la opinión pública.

El gobierno sostiene que estas acusaciones se apoyan en pruebas como escuchas telefónicas y rastreo de flujos financieros provenientes de Rusia. Resaltan, además, la falta de alternativas sólidas frente a la coalición gobernante, el Partido de Acción y Solidaridad (PAS), que logró mayoría parlamentaria en las elecciones pasadas y encabeza la apuesta por el ingreso a la UE.

El análisis de AP ubica la denuncia de Recean en una etapa caracterizada por el deterioro de las relaciones con Rusia desde que Moldavia solicitó su integración europea, tras la invasión de Ucrania en 2022.

Las elecciones parlamentarias fueron presentadas
Las elecciones parlamentarias fueron presentadas como un plebiscito entre Europa y Rusia (Europa Press)

Ese hecho desencadenó que Bruselas brindara el estatus de candidato y habilitara negociaciones para el ingreso del país. Según el gobierno, desde entonces enfrentan una “guerra híbrida”, acusando a Moscú de operaciones encubiertas en los ámbitos político, digital y económico.

Esta crisis tuvo reflejo en el ajustado resultado del referéndum de 2023 sobre la orientación europea y en la reelección de la presidenta Maia Sandu, ambos procesos con denuncias de injerencia rusa.

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Maia Sandu alertó sobre el uso de fondos extranjeros para manipular los resultados de los comicios (AP foto/Vadim Ghirda)

El ambiente previo a la elección también se vio alterado por protestas organizadas por el Bloque Electoral Patriótico (BEP), considerado cercano a intereses prorrusos. En una movilización celebrada en el centro de Chisináu, manifestantes dirigieron sus reclamos contra el gobierno y la presidenta, exigiendo el retiro del partido oficialista y una política exterior “más equilibrada”.

El candidato Nichita Romenschi reiteró la aspiración a la neutralidad y la coexistencia con la UE y Rusia, planteando que lo esencial es la defensa del interés nacional y la independencia.

El debate sobre injerencia internacional creció cuando el legislador Grigore Novac, del Partido de los Socialistas, objetó la presencia de enviados oficiales de la UE en la campaña, alegando que dicha participación contradice la legalidad moldava.

Operativo policial dejó 74 detenidos en investigación de intentos de desestabilización y disturbios con posible conexión internacional

La tensión aumentó con las operaciones policiales informadas al inicio de la semana. La policía realizó 250 redadas en distintas regiones y detuvo a 74 personas. La investigación busca desarticular un esquema que habría intentado provocar disturbios a gran escala, presuntamente vinculado con esfuerzos coordinados desde Rusia.

Victor Furtuna, jefe de la Oficina para el Combate al Crimen Organizado y Casos Especiales, explicó que los principales sospechosos mantenían lazos y recibían presunta instrucción en Serbia, presentados como viajes religiosos, pero en realidad utilizados para preparación logística orientada a alterar la estabilidad nacional. Los detenidos, de 19 a 45 años, permanecerán bajo custodia por 72 horas mientras avanzan las pesquisas.

Simultáneamente, la presidenta Maia Sandu reiteró que Moscú invierte “cientos de millones de euros” para influir en el resultado electoral, según declaraciones replicadas por Bloomberg.

La presidenta señaló que Moscú
La presidenta señaló que Moscú invierte cientos de millones de euros para influir en la política nacional (Reuters)

Con la atención internacional puesta en la campaña, el escenario moldavo se configura alrededor de denuncias de injerencia extranjera, operativos policiales, protestas opositoras y la incertidumbre propia de la tensión geopolítica entre potencias. El desenlace electoral determinará tanto la composición parlamentaria como el rumbo estratégico de una nación situada históricamente en la frontera entre Europa Occidental y la órbita rusa.

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