Rayo-Barcelona / Joan García salva al Barça

Estupendo partido del portero blaugrana, que evita la debacle en Vallecas. El Rayo se comió al Barça en la segunda parte. Lamine marcó de penalti polémico.

Santi Giménez
As
Vallecas lleva tiempo siendo el campo de Madrid donde el Barça tiene más problemas. Los blaugrana acostumbran a solventar sus duelos ante Atlético y Real Madrid con solvencia, pero el Rayo es otra cosa. En Vallecas se la pegó dos veces Xavi, en Vallecas Koeman fue sentenciado y en Vallecas Flick se salvó por los pelos el curso pasado. En este, no pudo ser. El Barça cedió el liderato de LaLiga empatando 1-1 ante el Rayo en un partido en el que los blaugrana pudieron dar gracias de tener un portero como Joan García. Sin él, podían haberse llevado una derrota dolorosa. La buena noticia para los blaugrana es que Joan es un portero que salva puntos, la mala es que la defensa no se ajusta y en ataque el equipo se atasca si no luce Lamine Yamal. El Rayo, en cambio, teniendo en cuenta que venía de jugar el jueves en Europa, sigue acreditando que es un equipo estupendo.

Estaba claro que a nivel ofensivo, Flick llegaba satisfecho del rendimiento de los suyos, pero la defensa era por donde lloraba la criatura. Así que el técnico alemán decidió buscar una nueva zaga. Se fundió a Cubarsí y a Araújo como centrales y apostó por la pareja Eric-Christensen. Supuestamente, más creación que velocidad y contundencia. Toda una declaración de intenciones en un equipo en el que regresaba Koundé como lateral y Ferran defendía su plaza como delantero centro dejando a Lewandowski en el banquillo. Nada salió bien.

El partido, como era de esperar, empezó complicado para el Barcelona. Se jugó de poder a poder. En una área con un Joan García sublime sosteniendo al Barça (su paradón a Ratiu a los 12 minutos fue un milagro que valía tanto como un gol). Y en la otra, el Barça perdonando gracias a las decisiones aceleradas de Raphinha, que tuvo dos goles hechos y los desaprovechó. Una vez por no mirar a Ferran y la otra por precipitarse en el remate.

Con el partido espeso la cuestión estaba en ver quien podía aportar el factor diferencial. Y claro, ahí siempre aparece Lamine Yamal. El extremo blaugrana después de pasar bastante desapercibido hizo una magnífica jugada y cuando se iba a portería tras el último recorte apareció Chavarría para tumbarle. Penalti bastante claro, pero protestado y no confirmado por el VAR. El penalti se lo pidió Lamine, que marcó el 0-1, pero aquí ya entra otra cuestión.

El VAR no entró porque no había VAR, si a eso le añadimos la imágenes que llegaban de los inodoros del estadio llenos de caca, del estado impresentable del césped, de los mensajes reiterativos por megafonía contra la propia afición, de la huelga de animación, de que las tablillas de los cambios no funcionan tampoco y del folclore habitual, el partido pasó a ser un evento que debería ser glosado por el añorado Luís Carandell en su ‘Celtiberia Show’.

El Barça pudo rematar el partido antes del descanso, pero Dani Olmo, acertado en tareas gregarias y fracasado en las principales, falló un gol cantado justo antes del descanso, al que los dos técnicos se fueron bastante disconformes con el trabajo de los suyos.

En la reanudación, el Barcelona se durmió ante el ímpetu del Rayo y volvió a sostenerse gracias a Joan García, que debía ser el único que tenía claro que el Barça jugaba con fuego. Al octavo saque de esquina cedido por el Barça, Fran Pérez ajustó la pelota a la base del larguero para empatar el encuentro. El Rayo lo pudo cerrar en los cinco minutos siguientes, pero el portero blaugrana apareció de manera milagrosa en dos uno contra uno. Esta vez no hubo milagro ni remontada. Los milagros los hizo Joan García.

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