¿Los perros con hocico corto son realmente más traviesos? Qué dice un estudio

Una investigación realizada a más de 5 mil ejemplares de 90 razas analizó si la estructura corporal condiciona el temperamento canino. Cómo el tamaño, la crianza y el entrenamiento pueden influir en la conducta

Un equipo de la Universidad ELTE analizó datos de más de 5.000 perros pertenecientes a 90 razas, desde braquicéfalos (perros de hocico corto y cráneo ancho, como bulldogs o pugs) hasta mesocéfalos (razas con proporciones intermedias del cráneo, como labradores o beagles) y dolicocéfalos (perros de hocico largo y cráneo estrecho, como galgos o collies).

El tamaño y el ambiente
El tamaño y el ambiente influyen más que la forma del hocico en el comportamiento de los perros (AP Foto/Mary Altaffer, Archivo)

Examinaron cuatro rasgos de personalidad —calma, entrenabilidad, sociabilidad y valentía—, junto con comportamientos problemáticos como saltar sobre personas, tirar de la correa, reacciones exageradas ante visitas y desobediencia al llamado. También recopilaron información sobre variables como peso, altura y entorno, incluyendo si los perros dormían en la cama del dueño o el tiempo que permanecían acompañados.

Un primer análisis mostró que los braquicéfalos parecían menos “entrenables” y más reactivos ante visitas, acudiendo menos al llamado que los de hocico largo. Por su parte, los dolicocéfalos exhibían menor calma y valentía, lo que respalda otros estudios que relacionan las cabezas largas con mayor sensibilidad al miedo.

Sin embargo, estos resultados iniciales dejaban la interrogante sobre si la morfología era la causa principal, o si factores como el tamaño y la experiencia del dueño influían de manera determinante.

El impacto real del tamaño y el entorno

La genética no determina por
La genética no determina por completo la conducta canina; el entorno y el entrenamiento son factores clave (Imagen Ilustrativa Infobae)

Al ajustar los resultados por tamaño, ambiente y entrenamiento, las diferencias atribuidas inicialmente al hocico corto perdieron relevancia. La baja entrenabilidad de los braquicéfalos desapareció al considerar que, por lo general, estos perros son más pequeños, menos altos respecto a su peso y reciben menos adiestramiento formal.

La mayor reactividad ante visitas también encontraba explicación en su menor peso y trato más permisivo, lo que incrementa las respuestas ante estímulos. Además, los braquicéfalos mostraron menor tendencia a saltar sobre personas o tirar de la correa, un dato que habitualmente pasa inadvertido.

La investigación plantea el concepto de intercambio conductual. Los rasgos propios del hocico corto y los asociados al tamaño pequeño, como mayor excitabilidad y búsqueda de atención, pueden coexistir en un solo animal. Este perfil único alterna momentos de tranquilidad con episodios de inquietud, lo que podría contribuir a la popularidad de estas razas pese a sus desafíos de salud.

Genética, entorno y perfil conductual

El estudio recomienda entrenamiento temprano
El estudio recomienda entrenamiento temprano y estimulación física y mental para perros de hocico corto (REUTERS/Mike Blake)

La genética no determina por completo la conducta. El tipo de cuidados, la cantidad de ejercicio y el entrenamiento influyen de manera tan marcada que pueden ocultar o acentuar los rasgos heredados.

Un carlino poco ejercitado y sobreprotegido podría presentarse más nervioso que otro bien entrenado y estimulado, subrayando así la importancia del entorno en la formación del comportamiento. No obstante, algunos rasgos sí se mantienen ligados a la morfología, incluso al controlar otros factores.

El estudio destaca que la calma y la valentía son menores en los dolicocéfalos, y que la obediencia al llamado es mayor en perros de hocico largo.

Estas diferencias podrían deberse a variaciones neurológicas derivadas de la forma del cráneo, según investigaciones sobre la distribución de células en la retina y la estructura cerebral. Así, aunque el ambiente influye, la biología conserva relevancia y no todas las tendencias pueden modificarse por completo a través del adiestramiento.

Consejos prácticos para una convivencia ideal

La responsabilidad del bienestar canino
La responsabilidad del bienestar canino recae en los dueños, que deben priorizar un entorno adecuado y decisiones informadas (EFE)

Las conclusiones del estudio ofrecen recomendaciones valiosas para quienes conviven con perros de hocico corto.

Según indicaron, resulta fundamental el entrenamiento temprano y la estimulación física y mental, incluso en razas pequeñas, para reforzar conductas positivas y minimizar los problemas de comportamiento.

Comprender cómo se combinan la forma de la cabeza y el tamaño permite tomar decisiones más informadas al elegir una mascota y mejora el manejo profesional en torno a ellas.

El trabajo de la Universidad ELTE enfatiza que el bienestar de estos animales depende de un equilibrio entre genética, tamaño y cuidados. La responsabilidad de favorecer ese equilibrio y garantizar una vida saludable pertenece a quienes acompañan a los perros diariamente, demostrando que la apariencia no lo es todo y que un entorno adecuado marca la diferencia.

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