Gritos racistas a Mbappé y Vinicius

Al menos dos individuos imitaron el sonido del mono en el Carlos Tartiere. Sucedió durante la celebración del 0-1 y al saltar Vinicius al campo. Todo fue captado por ‘El Día Después’

Sergio López

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Racismo en el deporte, una vez más. Racismo en la sociedad, una vez más. Una inmensa minoría, pero una realidad. Existen, siguen existiendo. Sigue sucediendo. Al menos dos aficionados emularon el sonido del mono en dirección a Mbappé y Vinicius. Sucedió la noche del domingo, en el Carlos Tartiere. Y procedente de sendos fondos. Una mancha en el comportamiento de la afición, más que mayoritariamente ejemplar. Y una mancha, por ende, nada representativa. Pero sucedió. Sigue sucediendo.

Todo fue captado por las cámaras de El Día Después. Sucedió en, al menos, dos ocasiones. La primera, durante la celebración del 0-1. Mbappé se lanzaba de rodillas sobre el césped y desde la grada se entonaba un deplorable “uh, uh, uh”. Un sonido deplorable que se repitió en el minuto 63, cuando Vinicius saltaba al campo. Fueron pocos, poquísimos dentro de los 29.758 espectadores que protagonizaron un ambiente extraordinario en Oviedo. Pero siguen siendo.

Caso tras caso

El racismo se mantiene, pese al paso de los años. Pero tiene castigo. Cinco sujetos con la bufanda del Valladolid aceptaron, recientemente, una pena de un año de cárcel por llamar “puto negro” a Vinicius. Como tres individuos del Real Madrid fueron detenidos por insultos racistas a Lamine Yamal y Raphinha (“MENAS de mierda, que sois unos MENAS”). Los casos continúan. Desde los insultos en Mestalla (“Vinicius eres un mono”), hasta los del Metropolitano (“Vinicius, chimpancé”). O a Iñaki Williams en Cornellà-El Prat.

Es una lacra que no cesa. El último episodio, la noche del domingo en el Carlos Tartiere. Al menos dos aficionados imitaron el sonido del mono en dirección a Mbappé y Vinicius. LaLiga, siempre severa con el racismo, ya estudia el caso y sopesa tomar medidas. Entrar de lleno para identificar a los responsables y poner el caso en manos de la justicia. El odio es un delito. Y debe tener castigo.