El Barça y Ter Stegen, en un callejón sin salida
El portero y el club mantienen el pulso que tiene pinta de acabar en los tribunales. Los servicios jurídicos de la entidad buscan la manera de enviar un informe que LaLiga no piensa recibir sin la autorización del alemán.
El portero se operó el martes 20 de julio por segunda vez de sus dolencias lumbares después de anunciar antes de la operación en sus redes sociales que estaría tres meses de baja. Un periodo que de confirmarse no le serviría al club para utilizar parte de su ficha (el 50% si la baja es de cuatro meses y el 80% si fuera de cinco) para inscribir a Joan García, portero favorito de Flick y de Deco. Ante la disparidad de criterios, la solución salomónica dependía del dictamen que emitiera el tribunal médico de LaLiga formado por cuatro reconocidos profesionales, aunque uno de ellos, el doctor Jordi Ardèvol, tenía previsto inhibirse de la decisión al tener un conflicto de intereses al haber sido jefe de los servicios médicos del club catalán.
No obstante, en estos momentos no parece que el tribunal se vaya a reunir. Los representantes legales del alemán enviaron el lunes pasado un burofax al Barcelona en medio del partido que el equipo jugaba ante el Daegu anunciando que su representado no estaba dispuesto a firmar la autorización (no confundir con el informe médico) para que el club elevara al tribunal de LaLiga los resultados de la operación. El jugador y sus abogados se amparan en la ley de protección de datos que tiene mayor rango que el convenio entre la AFE y LaLiga, donde se especifica una serie de sanciones a los jugadores que actúen contra los intereses de su club con una tabla de penalizaciones que funciona en torno a la ficha de los jugadores y que abarcan desde suspensión de empleo y sueldo hasta el despido. Un punto que LaLiga considera fundamental, porque ya han deslizado al club de manera interna que sin la aprobación del jugador es muy difícil que la comisión se reúna.
Y es ahí donde el Barcelona ha puesto a trabajar a sus servicios jurídicos en dos vías. Una es la de mirar si contractualmente el jugador puede negarse a firmar esa autorización y la segunda es la de la sanción al jugador, al que se le ha abierto un expediente y con el que están rotas todas las vías de comunicación.
Si bien el Barcelona en un primer momento estaba abierto a mantener una reunión con el jugador en la que iban a asistir el doctor Ricard Pruna, jefe de los servicios médicos, y Deco, director deportivo, ahora el panorama ha cambiado tal y como informó este diario. El Barça no piensa dar el paso para reunirse con el portero, pero si él quiere entablar un diálogo se le escuchara. Pero el Barça no dará el primer paso.
De momento, la situación está en un tenso compás de espera porque Deco se ha desplazado a Oporto para asistir al funeral de Jorge Costa, director deportivo del club portugués y ex compañero suyo en su época de jugador.
Todo esto lleva a una difícil solución. Por parte del Barça, porque se ve atado de pies y manos ante la opción de utilizar la larga baja de Ter Stegen para inscribir a Joan García, aunque desde el club se dijera hace dos días que no era imprescindible este movimiento. Vista la reacción del club, parece que sí era necesaria. Y por parte del portero, el órdago le deja en una situación límite. No parece que vuelva a jugar con el equipo aunque esté recuperado. Tiene a los socios en contra y enfadado, y mucho, al presidente que cree que el alemán ha actuado de mala fe. Y tiene un Mundial en verano. Un callejón sin salida para ambas partes a no ser que den un paso atrás