ATLÉTICO / Areso elige al Atleti

El lateral derecho atendía esta mañana el teléfono en mitad del entrenamiento y, por la tarde, se reunía en El Sadar con sus padres para tratar su salida al club rojiblanco, aunque en las últimas horas haya aparecido la Premier (Crystal Palace).

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Día agitado el que hoy ha tenido Jesús Areso (Cascante, Navarra, 1999). Si por la mañana era el protagonista de una imagen atípica o, más bien, pocas veces vista antes, la de un futbolista atendiendo el teléfono en medio de un entrenamiento, por la tarde acudía a las oficinas de El Sadar acompañado de sus padres para reunirse con la directiva de Osasuna durante 45 minutos para hablar de su salida. Aunque en las últimas horas haya aparecido el interés de la Premier su deseo se mantiene firme: ha elegido un destino. El Atlético.

Un Areso que, por la mañana, volvía a ejercitarse al margen de sus compañeros, como en los días pasados. Acababa de terminar de correr de manera individual cuando en escena, y en un entrenamiento abierto a todos los medios, aparecía Iñaki Ibáñez, delegado rojillo, con un teléfono en la mano, dirigiéndose con prisa hacia donde estaba el lateral derecho. Era una llamada que Areso atendió sobre el propio césped y, tras la cual, se quedó con gesto serio, siguiendo el entrenamiento del resto de jugadores de Osasuna. Forjado en Tajonar, adonde llegó como Infantil, en 2017 se marchó al Bilbao Athletic (lo que provocó una ruptura de relaciones entre estos dos clubes) para regresar en 2021. Osasuna ha sido su equipo los últimos cuatro años salvo la 22-23, cuando jugó cedido en el Burgos, Segunda, y en los últimos tiempos le rechazó al equipo rojillo hasta tres ofertas de renovación, como confesaba hace un mes su director deportivo, Braulio Vázquez.

Secuencia de la llamada que recibió Areso en la sesión. Iñaki Ibáñez, delegado de Osasuna, le entregó primero el teléfono. Oskar Montero

Areso dejó de entrenarse y la atendió 'in situ'.Oskar Montero

Areso estuvo sobre el césped de Tajonar hablando por teléfono durante 10 minutos. Oskar Montero

Por la tarde, a las 20:00, el jugador acudía a El Sadar acompañado por sus padres para reunirse con la directiva rojilla y tratar su salida, como captaba Diario de Noticias en imágenes. Areso permanecía dentro del estadio hasta las 20:45 horas, tiempo en el que le trasladó al club que su única voluntad es decantarse por el Atleti. “Al futbolista se le ha visto más relajado que por la mañana, cuando recibió la llamada telefónica”, apuntaba el medio. Aunque en las últimas horas haya “irrumpido” el Crystal Palace “con una gran oferta para Osasuna y una suculenta propuesta para el lateral”, como informaba Mundo Deportivo en su edición Atlético. Areso quiere al Atleti, un deseo que ya truncó su salida al Athletic, que la semana pasada parecía hecha. Por delante, ya solo queda un escollo: Nahuel Molina.

El Atlético trabaja en la salida del argentino, en forma de cesión, para hacerle hueco. Hay una razón deportiva, que salvo unos meses en su primera temporada como rojiblanco (la 22-23) nunca ha llegado a cuajar en el equipo, y otra extra. Y urgente: liberaría una plaza de extracomunitario, sobrepasadas en estos momentos con la llegada de Almada. El cupo ya estaba lleno con Nahuel, Lino y Gallagher, aunque este último inglés pero con raíces irlandesas por parte de padre podría pedir este pasaporte para ser comunitario. Mientras, los términos entre el Atlético y Areso están cerrados (firmaría cinco años con un salario fijo de 1,5 millones que, con unos bonus asequibles, podría llegar a doblarse) y entre los clubes, avanzados, aunque su precio de salida sea el de su cláusula de rescisión (12 millones). Esa era la cantidad que le pedía al Athletic para dejarle salir. Destino de Areso hasta que, claro, se cruzó el Atleti.

La llamada misteriosa

Iñaki Ibáñez irrumpió en la sesión de Osasuna con el teléfono en la mano para caminar con prisa toda la banda contraria a la grada del campo 2 de Tajonar. En el córner estaba Areso, a quien le tendió el móvil. El jugador atendió la llamada durante 10 minutos, sobre el césped, apoyado en una valla de publicidad y tapándose la boca con la mano. Al término de ésta se quedó serio y, sentado sobre unos balones, permaneció en la hierba viendo el partidillo que sus compañeros disputaban. Algunos, como Sanzol y Herrera, se acercaron a hablar con él.