Marco Rubio recibirá a los cancilleres de Australia, India y Japón “para avanzar en un Indo-Pacífico libre, abierto y seguro”
La cumbre en Washington llega en un contexto de tensiones regionales tras los ataques estadounidenses a instalaciones nucleares iraníes y el debate sobre el cierre del estratégico estrecho de Ormuz
El presidente Trump había adoptado durante su campaña una línea dura respecto a China, aunque tras asumir la presidencia ha alternado entre mensajes de distensión y firmeza. En junio, Trump describió las relaciones con el gigante asiático como “excelentes” tras alcanzar un acuerdo marco que apaciguó la guerra comercial.
Rubio es un halcón de larga data en lo que respecta a China y ha prometido revocar “de forma agresiva” los visados de los estudiantes chinos en Estados Unidos.

Por otra parte, Rubio ha pedido esta semana a China que intermedie para que Irán no cierre el estrecho de Ormuz, crucial para el comercio global de hidrocarburos, medida que Teherán contempla tras el ataque de Washington contra instalaciones nucleares iraníes. “Animo al Gobierno chino en Beijing a que los llame al respecto, porque dependen en gran medida del estrecho de Ormuz para su petróleo”, declaró Rubio en una entrevista en Fox News.
El secretario de Estado advirtió que un cierre del estrecho de Ormuz sería “un suicidio económico” para Teherán y supondría “una escalada masiva” del conflicto, subrayando que la Casa Blanca dispone de “respuestas devastadoras”.
El cierre del estrecho de Ormuz afectaría al comercio mundial y especialmente a China, socio de Irán y el mayor importador de crudo iraní. Ambos países firmaron en 2021 un acuerdo de cooperación económica que contempla una inversión china de unos 400.000 millones de dólares en los sectores iraníes de energía e infraestructuras. Arabia Saudita, Irán, Irak y Emiratos Árabes Unidos, que figuraron entre los principales proveedores de crudo a China en 2024, envían gran parte de sus cargamentos a través de este paso estratégico.