Cuando el genio partió la lámpara

El mejor Vinicius volvió a lo grande: taconazo ‘Gutiesco’ y golazo para abrir el marcador. “Ha sido de las mejores asistencias de mi carrera”, dice. Llevaba 71 días sin marcar con el Real Madrid.

Sergio López
As
En la tierra de Rocky, Vinicius se levantó de la lona. De poco sirve explicarle, a estas alturas, lo caprichoso que es el guionista de este deporte. El mejor en lo suyo. Y un incombustible. Pero sepa que su último capítulo se escribió anoche, en Filadelfia: a siete kilómetros de las icónicas escaleras que el boxeador corría a ritmo de Gonna Fly Now, Vinicius volvió a volar. A hacer de las suyas. A sonreír, a regatear, a marcar. A ser Vinicius. No llegó a haber tormenta; tal vez porque la electricidad era monopolio de sus botas. Pero bajo un intenso manto de lluvia, Vini se levantó. Volvió. Sucedió lo tan ansiado. Y fue en la tierra de Rocky.

Una noche para la eternidad por una jugada: su taconazo a lo Guti. Algo que le perseguirá durante toda su carrera. Aunque Xabi Alonso rebajase livianamente la euforia en las entrañas del Lincoln Financial Field: “Ha sido muy bueno... y lo digo con todo el cariño, pero yo estaba en el campo con el de Guti y me quedo con ese. Estaba en Riazor y me dejó loco. Lo vi y dije: ¿Qué ha pasado?“. Para gustos, los tacones. Vinicius dejó el suyo.

Cuando el genio partió la lámparaVinicius celebra en Filadelfia.JESUS ALVAREZ ORIHUELA

Un resplandor a las 3:48

Eran las 3:48 de la madrugada en la península. Y de golpe, sucedió. Un resplandor. Una paradoja. En aquellas casas donde muchos se habían juntado para ver el partido, se hizo el silencio. Y en aquellas donde alguien observaba el televisor −o el móvil−, se entonó un alarido. Acaba de suceder. Un taconazo. Vinicius, como Guti. Era el 48′ de la primera parte y asomaba el descanso. El Madrid ganaba 0-1. Valía. Pero hubo una recuperación, Vini se internó en el área y en vez de disparar, inventó. Hizo lo que hizo.

“De las mejores de mi carrera”

Una asistencia para la historia que Valverde prácticamente sólo tuvo que empujar a la red. Una genialidad. “Ha sido una de las mejores asistencias de toda mi carrera. Todos me han dicho que les ha recordado a la de Guti. Estoy muy contento. Encima, ha sido para Fede; uno de nuestros capitanes y alguien que nos da mucha confianza. Siempre es bueno cuando marca”, esbozó tras el partido. Con el trofeo de MVP ejerciendo prácticamente de escudero. Merecido.

Fue la guinda a una noche de ensueño: abrió el marcador con un zurdazo imparable para Zawieschitzky. Y recordando que es un futbolista con una enorme capacidad para atacar los espacios por dentro, algo en lo que Ancelotti llegó a hacer mucho hincapié. Partiendo prácticamente desde la posición del nueve, arrancó a correr y recibió un pase entre líneas de Bellingham que le dejó ante un central. Dribling, magia, recorte y chut cruzado para hacer el 0-1. Tras eso, el taconazo. Actuación para enmarcar.

Cuando el genio partió la lámparaVinicius celebra en Filadelfia.JESUS ALVAREZ ORIHUELA

Una sequía de 71 días

Y para quitarse una losa de encima: Vinicius no marcaba con el Real Madrid desde el 16 de abril. En el partido de vuelta frente al Arsenal. Han sido 71 días. Visto desde otro ángulo: sólo había marcado un gol en sus últimos once partidos con el club de su vida. No estaba bien. Le faltaba chispa para encarar, pólvora para marcar y encima, se le acusaba una evidente falta de sacrificio en defensa. Era una versión preocupante. Irreconocible. Y de golpe y porrazo, volvió.

Con lo de anoche, ya son 22 goles y 19 asistencias esta temporada. La radiografía deja resultados de notable muy alto: participa en una diana cada 107’. Marca cada 200’ y asiste cada 232’, esta temporada. Números mermados por su bajón en la recta final de temporada. Él es el primero que sabe que no ha estado a la altura. Y que necesitaba una noche como esta. El 26 de junio de 2025, Vinicius se levantó de la lona. Lo hizo en la tierra de Rocky. A siete kilómetros de sus icónicas escaleras. Bajo un manto de lluvia. Un genio así, algún día tenía que volver a salir de la lámpara; pero esta vez lo hizo con tanta fuerza, que la partió.

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