Argentina y su adiós del Mundial de Clubes: lideraron en faltas, no en fútbol
Tanto River como Boca quedaron fuera en fase de grupos. Fueron el único país del continente que se quedó sin representantes y aquellos que más promovieron el juego ‘sucio’.
Con los Octavos definidos y a la espera de una nueva ronda que promete aún más emociones, resulta interesante conocer, que al menos dos de los equipos que más prometían de América (tanto por historia, como por tradición) quedaron fuera tras no lograr clasificarse de la primera ronda. Las declaraciones que entregaron al inicio del certamen terminaron por resultarles contraproducentes y en un intento por demostrar su particular estilo férreo, no hicieron mas que ensuciar sus registros individuales.
Caída y polémica para Boca y River; más tarjetas que goles
Con el corte final que entregó la Fase de Grupos, tanto River Plate como Boca Juniors se fueron entre las sombras, de regreso a Argentina. Luego de ambos clubes terminar como terceros lugares de sus respectivos apartados, el fracaso futbolistico es más que perceptible; no obstante, la mancha que dejaron en los rubros negativos, refleja en sí, una de sus principales, mas no plausibles características.
Boca Juniors
- 43 faltas
- 2 rojas
- 5 amarillas
- 4 goles

River Plate
- 54 faltas
- 3 rojas
- 9 amarillas
- 3 goles
Con un total de 19 cartoncillos recibidos, por solo 7 goles anotados, así como 97 faltas en total, que dicho sea de paso los convierte en la dupla de un país que más tuvo en todo la primera fase (Botafogo-Flamengo 95, Pachuca-Monterrey 72, Juventus-Inter 76, Bayern-Borussia 67, Chelsea-Man City 68, Benfica-Porto 63, Real-Atlético 53, Seattle-Inter Miami 51) es como Argentina se despidió de este torneo.
El juego limpio prevaleció en más sentidos
Para ponerlo en perspectiva, el Auckland City, equipo que corrió con el mismo destino que Boca y River, terminó con un solo gol, pero sin tarjetas en sus registros, evento que entre muchos otros como la historia de sus jugadores y papel con que llegaban, les hicieron ganarse el respeto del resto.

O bien, conjuntos como el Bayern Munich, que con una sola tarjeta (de amonestación aparte) fueron lo suficientemente sólidos como para encajar 12 goles, pasar como sublideres y demostrar una contundente superioridad tanto en lo futbolístico, como en el juego limpio.