Patrice Evra recordó la práctica del Manchester United en la que van Nistelrooy hizo llorar a Cristiano Ronaldo: “Entrenando nos odiábamos”
El ex defensor francés rememoró cómo fue su primer entrenamiento con los Diablos Rojos
“Recuerdo mi primer entrenamiento. Cristiano acababa de perder a su padre. Carlos Queiroz estaba arbitrando el partidillo y pitó una falta sobre Cristiano. Imagina que Cristiano acababa de perder a su padre y van Nistelrooy dijo “ohhh, Queiroz es tu nuevo padre”. Cristiano empezó a llorar, empezaron a pelearse y todos nos fuimos para adentro. Entrenamos solo 30 minutos”, confesó.
De acuerdo con el relato de Evra, el entrenamiento estaba siendo supervisado por Carlos Queiroz, quien en ese momento era el asistente del legendario entrenador Alex Ferguson. El delantero holandés, cuestionando la decisión del ayudante devenido en referí, hizo un comentario sarcástico aludiendo a que Queiroz parecía haberse convertido en el “nuevo padre” de Cristiano. Estas palabras, en un momento emocionalmente vulnerable para el portugués, provocaron que este rompiera en llanto y reaccionara con furia, enfrentándose físicamente a Van Nistelrooy.
Este episodio, según el francés, refleja la intensidad con la que se vivían los entrenamientos en el Manchester United, donde convivían figuras de la talla de Wayne Rooney, Ryan Giggs y Paul Scholes. Para Evra, esa competitividad interna era clave para que el equipo llegara preparado a los partidos oficiales. Sobre esto, puntualizó: “El domingo era un recital, era normal, era una locura. Pero imaginate a mí como defensa, a van Nistelrooy, Tevez, Ronaldo, Wayne Rooney, Ryan Giggs, Paul Scholes o cualquiera. Por eso piensa cómo íbamos a jugar el fin de semana. Yo jugaba sin temor, porque estaba tratando con estos monstruos cada día. Jugar partidos en el modo en que ellos gritaban y discutían, no te lo puedes imaginar”.
El ex jugador, quien ha ganado notoriedad en plataformas como YouTube por compartir historias de su carrera, destacó cómo estos momentos de alta exigencia y rivalidad entre compañeros contribuían a forjar el carácter del equipo. Según Evra, entrenar junto a jugadores de ese nivel no solo era un desafío diario, sino también una preparación invaluable para enfrentar a cualquier rival durante los fines de semana.