Los Rojos se coronaron campeones frente a Kop después de remontar para demoler a los lamentables Spurs

Los Reds de Arne Slot aseguran un título histórico a falta de cuatro partidos

Tom Barclay, The Sun

MO SALAH celebró su gol tomándose una selfie con el teléfono de un fanático, mientras el Liverpool conseguía el título con facilidad.


En una temporada en la que pocos los pronosticaban campeones antes de que se iniciara el partido, el equipo perfecto de Arne Slot ha caminado hacia la victoria, aparentemente sin sudar la gota gorda.

Esta victoria para asegurar el título pareció la más sencilla de todas contra unos Spurs en plena forma que aparentemente han renunciado a su campaña en la Premier League a favor de la Europa League .

Dejando a un lado un cabezazo tempranero de Dominic Solanke , los goles de Ange Postecoglou fueron los oponentes ideales para los cazadores de gloria de Slot, y se desvanecieron tan pronto como sus anfitriones salieron de la primera marcha.

Los goles en la primera mitad de Luis Díaz , Alexis Mac Allister y Cody Gakpo pusieron el resultado, tanto en este juego como en la carrera por el título, fuera de toda duda.



Luego, el golazo de Salah y el autogol de Destiny Udogie después del descanso crearon un marcador de champán para brindar por una fiesta en Anfield que se planeó durante 35 años.

Porque ésta era la primera vez que el Liverpool podía celebrar un título de liga delante de sus aficionados desde que el equipo de Kenny Dalglish consiguió el 18º en 1990.

Hace cinco años, Jürgen Klopp ganó su 19.ª (y única) corona de la Premier League durante su brillante etapa, pero, por supuesto, eso fue en tiempos de Covid, cuando no se permitía la entrada a los aficionados.

Los hinchas lo compensaron con creces, ya que su amado club igualó al Manchester United con 20 puntos , trayendo el ambiente del festival mucho antes de que el partido hubiera comenzado.

Miles de personas se alinearon en las calles afuera del estadio, ondeando banderas y bengalas mientras llegaba el autobús del equipo.

Dentro del estadio, todo el mundo estaba en estado de carnaval, incluidos Sir Kenny y Alan Hansen, quienes estaban presentes.

Este día memorable para los anfitriones llegó 24 horas antes del aniversario del título que obtuvieron en 1990.

El equipo de Dalglish, capitaneado por Hansen, también se quedó atrás gracias a un cabezazo tempranero cuando Roy Wegerle sorprendió a Anfield para el QPR.



En aquel entonces, los nerviosos anfitriones tuvieron que esperar hasta justo antes del medio tiempo para que Ian Rush nivelara las cosas antes de que John Barnes sellara una victoria por 2-1 desde el punto de penalti después del descanso.

Allí, los nervios se calmaron mucho más rápido después de que el potente cabezazo de Solanke amenazara con perforar el ambiente de fiesta en el minuto 12.

El delantero inglés, que tuvo un breve paso por los Rojos cuando era joven, escapó de Díaz y saltó por encima de Ryan Gravenberch para rematar con fuerza el tiro de esquina de James Maddison.

Nadie lo vio venir, pero prácticamente todos esperaban la respuesta.

Llegó extremadamente rápido, incluso para este excelente ataque del Liverpool y esta porosa defensa de los Spurs, cuando el equipo de Slot anotó un doblete rápido.

Primero, Salah encontró ingeniosamente a Dominik Szoboszlai, quien hizo rodar el balón por el área para que Díaz lo rematara.



Szoboszlai, ahora el primer campeón de la Premier League húngara, fue inicialmente considerado fuera de juego, pero el VAR intervino correctamente y se concedió el gol.

Seis minutos más tarde, y después de que Gakpo tuviera un gol anulado esta vez con razón por fuera de juego, los locales se pusieron en ventaja.

Los Spurs, a menudo dueños de su propia caída, solo pudieron culparse a sí mismos cuando Mathys Tel perdió la posesión al intentar jugar desde atrás.

Gravenberch se colocó delante de Archie Gray y logró pasarle el balón a Mac Allister, quien echó el pie izquierdo hacia atrás y disparó el balón al ángulo superior.

Postecoglou había dicho esta semana que en ocasiones había "provocado al oso" con sus propios críticos esta temporada respondiéndoles con sarcasmo.

Pinchar al oso fue una buena descripción de lo que su propio equipo le había hecho al Liverpool aquí, y su equipo fue devorado vivo como castigo.

Dos se convirtieron en tres en el minuto 34 para apagar cualquier sensación de peligro en la ocasión.

Los Spurs volvieron a tener problemas cuando el cabezazo patéticamente débil de Lucas Bergvall al intentar despejar un córner cayó a los pies de Gakpo.

Al holandés se le concedió el espacio para controlar el balón, desplazarlo hacia su derecha y elegir su lugar en el rincón más lejano.

La animada celebración de Slot en ese momento sugería que incluso él, el que tenía la cabeza fría insistiendo en que nadie se adelantara a los acontecimientos, sabía que ahora el título era suyo.

Tras el descanso solo era cuestión de ver cuántos más conseguirían.

Y si Salah, que no había marcado en 50 días para su club, estaría más cerca de romper el récord de la Premier League de goles y asistencias combinadas en una sola campaña.



Antes del partido, el brillante egipcio destinado a ganar todos los premios individuales de esta temporada tenía 45 goles gracias a 27 goles y 18 asistencias.

Eso quedó a dos puntos de los titulares conjuntos Andy Cole y Alan Shearer respecto de sus respectivas hazañas en Newcastle y Blackburn a principios de los 90.

Salah se acercó un paso más a sus logros con su DÉCIMO SEXTO gol contra los Spurs, recortando desde la derecha y metiendo un tiro en el primer poste antes de tomar prestado el teléfono de un aficionado para una selfie impagable.

El ícono del Liverpool intentó conseguir un segundo tanto poco después cuando los hombres de Slot consiguieron el quinto, pero no hubo dudas de que fue Udogie quien desvió el centro de Trent Alexander-Arnold .

Los Spurs ya habían puesto la bandera blanca, pero afortunadamente el Liverpool lo dejó ahí.

El trabajo duro ya estaba hecho, en verdad, se había completado hacía mucho tiempo, mientras Slot y sus jugadores disfrutaban de su final fotográfico un kilómetro por delante del grupo perseguidor.


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