Leganés 0-Barcelona 1 / Partido feo, victoria guapa

Un gol en propia puerta de Jorge da tres puntos clave al Barça. Máxima presión para el Real Madrid, a siete puntos del líder. Balde se fue lesionado.

Santi Giménez

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El Barcelona salió vivo de la trampa de Butarque y deja a sus perseguidores en una situación más que complicada. Venció por 0-1 al Leganés, un resultado que le permite dejar al Real Madrid a siete puntos de distancia con un partido menos para los blancos, que también van a tener que torear un morlaco difícil hoy en Vitoria. El valor del triunfo del Barcelona es más clasificatorio que futbolístico. No jugó bien el Barcelona el partido, pero supo ganar ni que fuera por un gol en propia puerta de Jorge Sáenz, que para su descargo se tiene que decir que si no lo metía él, lo metía Lewandowski. Un partido desagradable, feo y abrupto. Pero que vale tres puntos como cualquier otra victoria. Estos también cuentan de cara a ganar campeonatos.

Pero el Barcelona sudó sangre para ganar tres puntos que se complicaron mucho en un día clave que podía definirse bajo la filosofía Hansi: una jornada menos, tres puntos más.

Flick dejó muy claro que el partido ante el Leganés le importaba mucho y que las rotaciones masivas, si eso, para otro día y que en Butarque sólo iban a descansar Cubarsí y Frenkie de Jong respecto al equipo que goleó al Borussia Dortmund el miércoles. El tridente en ataque salía titular, Pedri seguía de titular al igual que casi toda la defensa. En el Lega, Borja Jiménez ponía como gran novedad de salida a Diomade (18 años) que después de debutar en el bernabéu ya recibía la confirmación y sorprendía con Altimira para reforzar la defensa.

Empezó bien el Barcelona, pero la energía se acabó a los cinco minutos, cuando se empezó a jugar al juego lipotimia del Leganés. Con sus jugadores simulando colapsos fingidos mientras esperaban dar el zarpazo letal. Raba, el más destacado de los actores locales. Tan buen jugador como cuentista, se comió a Iñigo Martínez en un contragolpe a los 12 minutos y le cedió un gol hecho a Altimira, otro bastante dotado para las artes dramáticas, que Szczesny rechazó cuando Butarque cantaba el gol.

Al Barcelona el partido se le hacía bola y el ímpetu inicial se diluía en un encuentro controlado por las pausas del Leganés consentidas por el colegiado y sus únicas llegadas eran a base de jugadas enzarzadas. Koundé llegó y chutó un balón que Dmtrovic salvó después que tocara en un defensa y Lamine intentó alguna cosa tan triste como el juego del Barça.

Y si falta un duro para hacer el desastre general de la primera parte, Balde se retiró del terreno de juego a los 40 minutos por una lesión en el tobillo. Salió Gerard Martín en su puesto mientras que jugadores del Leganés que por sus gestos constantes en el campo parecían necesitar atención urgente del SAMUR se recuperaban de manera milagrosa después de parar el juego unos minutos. Cosas de la Semana Santa, tiempo de resurrecciones.

Para tratar de arreglar el desastre, Flick retiró del campo en el medio tiempo a Araújo, un auténtico disparate en todas sus acciones, para dar entrada a De Jong. Sin Araújo el Leganés perdía un referente, casi a su mejor jugador.

No es que con la ausencia del central uruguayo el partido fuera mucho mejor, pero resultó que a los tres minutos de reiniciarse el juego, Jorge Sáenz se marcó un gol en propia puerta y el Barça supo resistir con las armas que había utilizado el Leganés al principio. Caídas, pérdidas de tiempo y demás tretas que le sirvieron a los blaugrana para seguir defendiendo, gracias a un enorme Iñigo. Un 0-1 feo, pero muy importante.