Apedrean y queman vivos a 2 presuntos ladrones en Uncía

Las víctimas fueron retenidas por los pobladores cuando eran llevadas al penal, después de haber sido detenidas por robar un coche. Hay un pacto de silencio.

Página Siete / La Paz
Pobladores de Uncía, al norte de Potosí, apedrearon y luego quemaron vivos a dos jóvenes, de 17 y 19 años, después de identificarlos como ladrones de un vehículo. La Policía pudo intervenir después del ajusticiamiento debido a que la turba no permitió la presencia de los uniformados.


Las víctimas fueron identificadas como José Luis Ibarra Choque, de 19 años, y Álex Quispe, de 17 años. De acuerdo al reporte policial, la mañana de ayer robaron un vehículo chuto en Uncía y lo llevaban a otro municipio.

El comandante regional del norte de Potosí dio la alerta a sus subalternos del delito y fue un sargento el que detuvo minutos después a los sospechosos cerca de la población de Sacaca.

Ambos jóvenes fueron llevados hasta el penal de Uncía, pero en ese interín apareció una turba de gente, interceptó el recorrido de los policías con los detenidos, tomaron a la fuerza a los dos jóvenes y los llevaron a un lugar cercano para acomodarlos contra un muro.

A las 9:00 de ayer, los pobladores se juntaron en ese lugar y apedrearon a los dos sospechosos, les causaron heridas en el rostro y en la cabeza. Este ataque duró aproximadamente una hora, los dos jóvenes estaban inconscientes y agonizaban.

Según el reporte policial del lugar, la gente no dejaba que los pocos efectivos que hay en el sitio intervengan. A las 10:00, la turba decidió quemar a los dos jóvenes que aún estaban vivos.



Los cuerpos yacían en una plazuela de Uncía. Los policías llegaron para levantar los cadáveres, de quienes no se conocen más datos ni se sabe si eran comunarios de lugares cercanos.

Los pobladores hicieron el pacto de silencio para no delatar a nadie y la Policía no puede comenzar la investigación porque teme que los pobladores se encolericen de nuevo y ataquen a los uniformados.

Hace tres días, un ciudadano brasileño fue colgado de un árbol en la población cruceña de San Julián. Los pobladores lo acusaron de haber usado un arma para cobrar una deuda, lo golpearon, lo patearon y después le pusieron una cuerda alrededor del cuello, para luego llevarlo a la plaza principal y colgarlo.

El comandante de la Policía de Santa Cruz, Alfonso Siles, dijo que los efectivos no tienen garantías para regresar a la población debido a las constantes amenazas y acciones violentas en las que incurre la gente.

En Uncía ocurre lo mismo, los policías no pasan de los 10 en todo el municipio y ante la rabia de los comunarios no pueden ejercer sus funciones por el temor de que la gente actúe con violencia en contra de los policías.


Representante de Defensoría fue herido y tuvo que huir

El coordinador regional Defensorial de Llallagua, Gabriel Colque, también fue víctima de agresiones y salvó su vida al resguardarse en una unidad militar con lesiones en su integridad física producto de las pedradas que recibió; fue auxiliado en un centro hospitalario.



Después del linchamiento de dos jóvenes registrado en Uncía, el defensor del Pueblo, David Tezanos Pinto, exhortó al respeto a la vida y denunció que vanos fueron los intentos de las autoridades policiales y defensoriales presentes en el lugar para evitar la violencia ejercida.

“Pese a la intervención de efectivos policiales, que actuaron en esos momentos, personas enardecidas lograron sacar de las oficinas judiciales a las víctimas, quienes estaban acusadas de robo, para someterlas a un linchamiento, lo que no puede confundirse con justicia comunitaria”, se lee en un comunicado.

La Defensoría invocó a las autoridades llamadas por ley a realizar una investigación efectiva sobre las dos muertes y determinar las responsabilidades que correspondan, “generando las condiciones para garantizar el ingreso de los investigadores”.

Pese al esfuerzo que se hizo de evitar que se cometa los dos crímenes, la gente enardecida se reunió alrededor de los dos jóvenes retenidos y los apedreó.

El representante defensorial intentó calmar los ánimos de los pobladores, pero no faltó alguien que comenzó a agredirlo verbalmente, primero, y después le llovieron las piedras. Este funcionario se recupera en un centro médico porque presenta heridas en varias partes del cuerpo.

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