Italia perdona, Portugal se clasifica

Los de Santos celebraron la clasificación a la final de cuatro de la Liga de Naciones rascando un 0-0 en San Siro: los italianos jugaron un gran partido, pero siguen sin ninguna puntería.

Mirko Calemme
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El resultado es el mismo que hace un año, cuando el 0-0 ante Suecia le costó a Italia la mayor humillación de su historia, su ‘apocalipsis’. Sin embargo, aunque este empate clasifique a Portugual a la final de cuatro de la Liga de Naciones y los elimine, los de Mancini esta vez pueden dejar San Siro, que sigue siendo un amuleto (los italianos ahí no pierden desde 1925) con la cabeza bien alta: todavía tienen defectos, pero el camino que emprendió el equipo es el adecuado para renacer definitivamente.


Santos tenía razón, la Azzurra que vimos es totalmente distinta del conjunto asustado y con pocas ideas de hace dos meses. Además de los hombres, cambió totalmente el espíritu: los italianos volvieron a sentirse fuertes, se gustan y juegan bien. El cuadro de Mancini dominó la primera mitad, llegando al descanso con una posesión del balón guardiolista (74%), agarrado a la calidad de sus mejores hombres. Jorginho, Verratti (por fin al nivel que se le exige) y Barella se apoderaron del mediocampo y las llegadas de Insigne y Chiesa hacían divertidísimo el enfrentamiento. Sin embargo, a los italianos le sigue faltando puntería, arriba añoran a un Vieri, un Toni, un Inzaghi. Immobile volvió a decepcionar, desperdiciando dos ocasiones solo ante Rui Patricio (la primera, tras un remate de Insigne, con la puerta casi vacía) y el pitado Bonucci (los tifosi del Milán no le perdonaron su repentino regreso a la Juve), también estuvo a centímetros del 1-0 con un gran testarazo tras un saque de esquina.

En el arranque de la reanudación los locales siguieron apretando y Chiesa, recibiendo un centro de Biraghi tras la enésima genialidad de Verratti, chutó fuera otro gran balón. La frustración por sus fallos y la energía que se gastó en una endemoniada presión pasaron factura para Italia, que perdió intensidad con el paso de los minutos y necesitó un paradón de Donnarumma para evitar el inmerecido 0-1 que pudo marcar Carvalho con un latigazo. Mancini puso a Pellegrini, Lasagna y Berardi para el asalto final, que tuvo lugar pero sin convicción ni la necesaria garra: el marcador no se movió y Portugal celebró la clasificación, haciendo sus deberes en esta fase de la Liga de Naciones a pesar de la ausencia de Cristiano. Para Italia otra decepción, aunque con buenas sensaciones: está creciendo, pero debe volver a encontrar los goles (apenas dos en cuatro partidos). No es un detalle.

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