Merkel promete pleno empleo y menos impuestos para ganar las elecciones

La canciller alemana presenta el programa con el que aspira a un cuarto mandato en septiembre

Ana Carbajosa
Berlín, El País
Con un programa dirigido a las familias y a los votantes de rentas medias se presentará la canciller, Angela Merkel, a las elecciones en las que aspira a un cuarto mandato. Una cierta expectación ha rodeado la publicación de los planes de la formación que encabeza Merkel y que arrasa en las encuestas, con vistas a las generales de septiembre. Martin Schulz, el candidato rival socialdemócrata, había atacado con dureza a Merkel por no presentar un programa concreto. El documento de 76 páginas que ya está sobre la mesa no contempla medidas drásticas y promete lograr el pleno empleo en 2025.


La mayor economía europea va bien y la canciller Merkel ofrece con su programa una continuidad y una estabilidad muy atractivas, en un mundo repleto de sobresaltos. “Por una Alemania en la que queramos vivir y vivamos bien”, “por una economía fuerte y empleos seguros” o “por la seguridad y el orden” son algunos de los lemas de campaña que aparecen en los carteles electorales del partido conservador que aventaja en 15 puntos porcentuales a los socialdemócratas.

La bonanza económica alemana se traduce en términos de empleo en un 5,5% de paro, la cifra más baja registrada desde la reunificación alemana. La Unión democristiana (CDU) de Merkel promete ahora rebajar esa cifra hasta el 3%, considerado el pleno empleo. “El empleo está en el centro de todo, es la base para muchas otras cosas”, dijo la canciller durante la presentación. El programa contempla también una bajada de impuestos para sueldos entre 54.000 y 60.000 euros anuales y un aumento de las exenciones fiscales. La reducción de impuestos ascenderá a un total de 15.000 millones al año. Para las familias establece además de una subida del dinero que reciben los padres por tener hijos de hasta 300 euros más por hijo al año.

En política exterior, todos los caminos de la CDU pasan por Europa. “Una Europa fuerte significa una Alemania fuerte”, reza uno de los carteles electorales de la CDU. Trabajar de la mano de la Francia de Emmanuel Macron y profundizar en el Gobierno de la eurozona es uno de los pilares con los que Merkel dice estar dispuesta a inyectar nueva energía al proyecto europeo. La profundización pasaría por dar un mayor protagonismo al Mede, el mecanismo europeo de Estabilidad, el fondo de emergencia, que ahora podría ampliarse y acabar siendo algo así como un Fondo Monetario Europeo. Descartan en su programa, eso sí, cualquier “mutualización de la deuda”.

Merkel ha presentado su programa en Berlín junto a Horst Seehofer, el líder del ala bávara de la democracia cristiana alemana, cuyas discrepancias con la canciller son públicas y notorias. Seehofer no ha logrado incluir en el programa nacional el tope máximo de acogida de refugiados que defiende para Alemania y que probablemente sí incluirá en su programa para el Estado federado de Baviera.

El desembarco de 1,2 millones de demandantes de asilo en Alemania es una situación que no debe repetirse, coincidieron Merkel y Seehofer durante la presentación ante la prensa del programa. Para evitar una nueva crisis de refugiados, el Gobierno alemán ha diseñado el llamado Plan Marshall para África, con el que pretende estimular el crecimiento económico de los países de origen de los migrantes mediante inversiones.

El programa electoral de la CDU ha sido despachado en una conferencia de prensa, sin congreso de Partido mediante ni debates ni transparencias que pudieran airear las diferencias que separan a la canciller de su colega bávaro. El partido socialdemócrata (SPD) celebró su congreso hace un par de fines de semana y aprobó un detallado programa centrado en la justicia social.

Programas sobrevalorados

Más allá del ritual de la presentación de los planes de Gobierno, tanto la CDU como el resto de partidos saben que las elecciones no se decidirán en base a unos programas largos y complejos y que factores como la confianza que inspiren los partidos o la personalidad del cabeza de cartel resultarán infinitamente más decisivos. “Para el votante medio los programas están sobrevalorados. El alemán medio no es un contable que se sienta a comparar programas”, estima Peter Matuschek, analista del instituto de estudios de opinión Forsa.

Una de las encuestas recientes de Forsa muestra que un 82% de los alemanes dice estar contento con su situación económica. El mismo estudio situaba la migración como la primera preocupación de los votantes, aunque con cifras muy por debajo de las registradas el año anterior. Le seguían otras preocupaciones como la pobreza, el radicalismo de extrema derecha, la criminalidad y el futuro de los hijos. “La desigualdad y al justicia social de la que habla el SPD le preocupa a una parte del electorado, pero estadísticamente no lo suficiente como para ganar elecciones”, añade Matuschek.

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