Lo compró Juventus, no quiso la número 10 y usa pollera y cartera

"Voy a usar la 33. La 10 me la tengo que ganar", dijo la nueva figura de Juventus que escandalizó a todos.

Clarin
Fue la gran revelación de la Fiorentina en la temporada pasada en el Calcio y, por lo tanto, ocurrió lo inevitable: los grandes pusieron los ojos en él. Juventus les ganó la pulseada a Inter, Milan y Roma, que también lo querían. El club turinés pagó 40 millones de euros y Federico Bernardeschi tardó poco en mudarse de Florencia a Turín. Pero, antes de su estreno, ya sacudió con dos escandaletes a la siempre ávida prensa italiana. “Bruneleschi”, tal su apodo, rehusó vestir la camiseta 10 y fue a la revisión médica vestido con pollera y cartera. Fue un jolgorio para los hinchas que odian a la Juve (casi todos los que no son de la Vecchia Signora) y para el propio Bernardeschi que ya tiene todos los focos sobre sí.


“No voy a usar la camiseta 10, voy a usar la 33. La número 10 me la tengo que ganar”, dijo al explicar su decisión. En el club de los Agnelli se la tenían reservada. Era el candidato natural. El 10 lo usaron Sívori, Roberto Baggio, Alessandro Del Piero y Carlos Tevez. Desde que Carlitos dejó Italia para venir a Boca (ante de volver a irse, esta vez a China), la emblemática casaca 10 la tomó Paul Pogba. Y cuando el francés pasó al United, el dorsal quedó sin dueño en el vestuario juventino.

No cayó bien la decisiónòn de Bernardeschi de despreciar el número mítico. “Yo ya usé la 10 de Boca, la que usaron Maradona y Riquelme, ¿cómo voy a tener miedo de usar la 10 de Juventus?”, fue una de las primeras declaraciones de Carlitos cuando llegó a la Juve. Ese gesto fue reportado como una declaración de principios. Hablaba un hombre que llegaba a triunfar, a ser líder, en un club acostumbrado al éxito. No lo tratan como a un valiente a Bernardeschi.

Para colmo, su foto vestido con una remera oscura ceñida al cuerpo y un “pantagonna” (mezcla de pantalón y pollera) se hizo viral. “No era una pollera...pero la usaría. Creo que la vestimenta no define una personalidad; solo es una moda”, dijo el chico de 23 años que el año pasado hizo 14 goles en 42 partidos para la Fiorentina. La prenda era, en realidad, una bermuda muy larga, a la altura de las tibias, con las mangas de las piernas muy anchas, sin cinturón y ajustada a la cintura. En efecto, un pantalón-pollera, un pantagonna. Eso sí, pudo haber usado una mochila, un bolsón.... Pero eligió una “borsetta”, una especie de cartera pequeña o monedero grande. En el mundo machista del fútbol de la machista mentalidad latina, Bernardeschi dejó picando la posibilidad a todas las bromas.

En realidad, el joven que nació en Carrara, hizo las Inferiores en la Fiore, pasó una temporada a préstamo en el Crotone de la Serie B y jugó los últimos tres años en el equipo violeta, no inventó nada. El pantagonna está de moda en Estados Unidos y en Japón; los medios italianos dicen que se ve a caballeros usándolo en Milan o en Roma. Y recuerda que Kevin Prince Boateng escandalizó a todos cuando apareció con esa prenda en sus tiempos de jugador del Milan. Y él sí usaba la 10.

Lo importante: Bernardeschi juega bien. Juega muy bien. Es un mediapunta goleador, diestro, de buen disparo y, además, es un buen organizador de juego desde los tres cuartos de la cancha. En agosto de 2015 tuvo su primer momento de fama cuando le metió un doblete al Barcelona por la Copa Artemio Franchi. En total participó en 136 partidos y convirtió 37 goles. Para la selección italiana jugó 9 partidos y convirtió un gol. Cuando juegue, va a dar que hablar.

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