Merkel y el Papa hacen frente común en inmigración y cambio climático

La canciller alemana, de visita en el Vaticano, vuelve a lamentar que EE UU haya salido de los acuerdos de París y exhibe una gran sintonía con el Pontífice


Daniel Verdú
Roma, El País
Es inevitable que algunos líderes políticos guarden mantengan mejor relación que otros. Y en el caso del papa Francisco, más allá de sus expresivos gestos, hay muchas maneras de analizarlo. Quizá la mejor sea el número de veces que se ha reunido con cada uno y lo que los comunicados posteriores revelan de la calidad de esos encuentros. La canciller Angela Merkel, con su quinta visita en privado, que ha realizado esta mañana, ocupa un lugar privilegiado. La mandataria alemana había solicitado la reunión —no se verá con el primero ministro, Paolo Gentiloni, ni con el presidente de la República, Sergio Mattarella— en una suerte de gira internacional preelectoral. Ya sea como despedida, o como refuerzo. Y han estado 38 minutos, en medio de grandes carcajadas y señales de complicidad, hablando sobre los grandes temas que les unen.


Merkel y el Papa comparten una sensibilidad por encima de la media en temas de refugiados y cambio climático. Ambos han discutido en el Palacio Apostólico sobre este último asunto y ella ha comentado a la salida que es “una pena” que EE UU haya salido de los acuerdos de París. Ambos temas se tratarán seguro en el G-20 que se celebrará en julio en Hamburgo y que servirá para aclarar algunas de las diferencias que mantiene Donald Trump con el resto de países occidentales —incluido el Vaticano—. De ello han hablado también con el Pontífice y con el secretario de Estado, Pietro Parolin, con quien se ha visto posteriormente.

En el comunicado del Vaticano se ha resumido así la reunión: “Se han tratado temas de interés común, con una consideración particular por la próxima reunión del G-20 en Hamburgo, y se ha convenido en la necesidad de prestar especial atención a la responsabilidad de la comunidad internacional en la lucha contra la pobreza y el hambre, la amenaza global del terrorismo y el cambio climático”. Pero más allá de la agenda, se ha visto a dos mandatarios sonrientes, hablando en alemán al principio y alargando la reunión algo más de lo normal. La antítesis, al menos aparente, de la jornada vivida el día de la visita de Donald Trump. Quizá, en parte, porque Merkel se ha convertido desde el G-7 en Taormina su única gran opositora natural.

De hecho, este mismo sábado el comisario europeo de Economía, Pierre Moscovici, ha pronosticado que el próximo encuentro del G-20 provocará un duro enfrentamiento y ha señalado a la canciller alemana como la dirigente capaz de enfrentarse al mandatario estadounidense. "Deberá mostrar liderazgo, claridad y ambición para que [el G-20 de] Hamburgo culmine con éxito. Ella debe enfrentarse a Trump”.

Al término de la reunión, Merkel, que llegaba de un viaje a Argentina, ha regalado al papa alfajores y dulce de leche. "Usted ya los conoce", le ha dicho al entregárselos. Además, ha traído bajo el brazo una colección de CD’s de las obras completas de Beethoven dirigidas por el gran maestro alemán Wilhelm Furtwängler. El Papa, por su parte, obsequió a la jefa de Gobierno alemán con una medalla con una rama de olivo. "Por el trabajo que hace por la paz", dijo Francisco, quien también le regaló tres de sus escritos.

La sintonía es evidente. Y, probablemente, también la convicción del Papa de que la canciller es la única mandataria europea con la fuerza necesaria para afrontar los tiempos convulsos que se avecinan. El pasado 24 de marzo, cuando se celebraba el 60 aniversario de los Tratados de Roma, Merkel fue la única que se reunió posteriormente con él. Y hasta ahora, ha estado también sola a la hora de hablar claro sobre la salida de EE UU de los acuerdos climáticos. Hoy, Merkel ha resaltado que con el Papa la une la idea de un mundo estructurado a través de las relaciones multilaterales y la conveniencia de mejorar la situación en los países más desfavorecidos de África. "En conjunto fue una conversación muy alentadora para mí (...) Para intentar conseguir paso a paso éxitos para toda la comunidad internacional", ha resumido al final del encuentro.

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