La Duodécima desmonta la teoría de las bolas calientes

El Real Madrid se ha enfrentado en esta Champions a cuatro de los siete primeros del ranking UEFA, que lideran los blancos.

Mario de la Riva
As
Campeón en buena lid. El Real Madrid conquistó su duodécima Copa de Europa a lo grande. Ni los que justifican los títulos del equipo blanco en base a su suerte en los sorteos podrán esta vez poner tacha alguna al triunfo de los de Zidane. Esta vez nadie tendrá el recurso de hablar de bolas calientes. Para levantar la Champions en Cardiff, el Real Madrid ha tenido que deshacerse esta temporada de la flor y nata del fútbol europeo. Cuatro de los seis mejores equipos de Europa (descontando al propio Real Madrid) han caído a manos de la insaciable escuadra madridista.


Ya en la fase de grupos al Real Madrid le tocó uno de los cocos: el Dortmund, séptimo clasificado del ranking UEFA y rival más fuerte al que podía enfrentarse en esa primera etapa de la competición. Los octavos supusieron un respiro y el Madrid contra un Nápoles situado en la 17ª posición del ranking. Ahí evitó a Arsenal y Juve como rivales más temibles.

A partir de cuartos, sin embargo, el Madrid ha ido cayendo con el rival más fuerte posible. En esa ronda se enfrentó al Bayern, segundo del ranking UEFA. En semifinales saltó un escalón. Eliminado el Barça (3º) le cayó en suerte el Atlético, cuarto en la ponderación de la UEFA. Y ya en la final, no quedaba otra opción que la Juventus, quinta clasificada.

Al PSG, sexto, no pudo enfrentarse en ningún momento de la competición. Para la fase de grupos, ambos fueron sorteados en el bombo 1 como campeón de Europa los blancos y de la liga francesa el equipo de Unai Emery. En octavos, ronda en la que cayeron los galos, no podían haberse enfrentado tampoco al clasificarse como segundos de grupo.

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