Francia no quiere otra ‘jungla’ de inmigrantes en Calais

El Gobierno rechaza crear un centro de acogida en medio de denuncias por la falta de ayudas a los migrantes

Silvia Ayuso
París, El País
El puerto francés de Calais sigue siendo, para muchos migrantes que buscan acabar su largo peregrinaje en Reino Unido, la puerta de entrada a un sueño tras lo que a menudo ha sido un interminable periplo a través de innumerables países y dificultades. Pero el Gobierno francés, que ha sido muy criticado por la forma en que se está tratando a los migrantes en Calais, no quiere que esta penúltima escala, que a menudo se transforma en una pesadilla que dura meses, se convierta de nuevo en un foco descontrolado de inmigración.


“No queremos un centro de acogida aquí, porque cada vez que construimos un centro, se crea un efecto llamada”, dijo el ministro del Interior, Gérard Collomb, este viernes en Calais, donde se reunió con autoridades locales y empresariales de la zona para analizar la situación.

Ocho meses después del desmantelamiento de la “jungla de Calais”, un campamento improvisado donde se llegaron a agolpar hasta 7.000 inmigrantes y se convirtió en la imagen de la incapacidad de Europa de actuar ante las oleadas migratorias, la cifra de los que llegan con lo puesto vuelve a aumentar. Entre 400 y 600 inmigrantes han llegado a este punto de la costa oeste francesa en las últimas semanas y, con el inicio del verano —y el incremento de las travesías por el Mediterráneo—, su número no cesará, advierten las organizaciones. Estas, al igual que diversas personalidades, han criticado los pasados días de forma cada vez más contundente las condiciones deplorables en que se encuentran estas personas a las que se les impide incluso recibir servicios mínimos.

El último en lanzar la voz de alarma ha sido el Defensor de Derechos de Francia, Jacques Toubon. El jueves, publicó un duro informe en el que critica que la determinación de las autoridades “de no ver más a migrantes en Calais ha llevado a que no se tolere ningún tipo de refugio” ni ayuda a los llegados, que “no pueden ni beber agua ni lavarse” y denuncia los “obstáculos y amenazas” que sufren las organizaciones que intentan ayudar a los migrantes. Toubon recordó que el gobierno es el responsable de impedir que las personas sean sometidas a tratos “inhumanos o degradantes” y reclamó la instalación, con carácter inmediato, de “un acceso permanente a agua y a alimentos adaptados a las necesidades de los exiliados en condiciones dignas”. Además, consideró necesario que se cree un centro de día para menores y mujeres “en Calais o sus proximidades”, así como un espacio donde los migrantes puedan “descansar, lavarse y planear la continuación de su viaje”.

La situación concreta de Calais y la general sobre la inmigración fue analizada también el jueves en el primer consejo de ministros del nuevo gabinete de Emmanuel Macron, en cuyo programa figuraba la promesa de reducir a seis meses la duración de toda demanda de asilo. Según el portavoz del Gobierno, Christophe Castaner, el presidente pidió que “se den instrucciones a los prefectos para que muestren más flexibilidad, en particular más humanidad” con los migrantes y reiteró que la reforma del proceso de asilo es una prioridad de su mandato.

Al respecto, Collomb anunció este viernes su intención de presentarle “en los próximos 15 días” a Macron un plan para “tratar el problema del asilo de manera más fácil que como sucede hoy”. Un plan que sin embargo, dejó claro, no se limitará a crear centros de acogida de emergencia. “Desconfío de los centros que se dicen dispuestos a acoger a los inmigrantes solo por unos días y que al final se prolongan en el tiempo”, agregó en declaraciones a la prensa.

En declaraciones al diario regional Nord Littoral, el ministro puso como ejemplo reciente la gestión de España para controlar los flujos de inmigración irregular procedentes de África mediante acuerdos con los países implicados, que el nuevo Gobierno también pretende conseguir, informa Efe. Además, adelantó que enviará más unidades policiales a la zona “para evitar la formación de nuevos campamentos”.

La tensión aumentó esta semana tras la muerte de un conductor en la carretera de Calais que chocó contra una barrera de troncos y ramas colocada en plena vía por una decena de migrantes que intentaban frenar camiones para esconderse en ellos y atravesar el canal de la Mancha, una táctica denunciada de forma reiterada el año pasado, durante lo más grave de la crisis migratoria en la zona.

La alcaldesa de Calais, Natacha Bouchart, saludó los anuncios del ministro francés. “Necesitamos firmeza, porque claramente, lo que hemos vivido los últimos 15 meses no debe repetirse”, sostuvo en declaraciones a la emisora BFM TV.

“Comprendo perfectamente que la alcaldesa quiera la tranquilidad para sus ciudadanos”, respondió el Defensor de Derechos desde la emisora RTL. Pero, le recordó Toubon, “el derecho a alimentos, a beber, a no ser tratado de manera inhumana ni explotado sexualmente son derechos básicos para toda la humanidad, no solo para algunas personas privilegiadas. Y hay que ofrecer unas prestaciones básicas”.

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