El PRI retiene el Estado de México y López Obrador rechaza los resultados

El Instituto Electoral da la victoria a Del Mazo por la mínima ante Delfina Gómez, candidata de Morena, cuyo líder asegura: "No aceptaremos un fraude"

Javier Lafuente
México, El País
México vive inmerso en el día de la marmota. Un déjà vu constante cuando llegan unas elecciones. En este caso, las del Estado de México, el más poblado del país, el bastión del Partido Revolucionario Institucional (PRI); donde ha gobernado ininterrumpidamente desde hace 87 años; de donde salió el actual presidente, Enrique Peña Nieto. El conteo rápido del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), una proyección del voto, dio como ganador a su candidato, Alfredo del Mazo, con entre el 32.7% y el 33,59% de los votos, por delante de la aspirante del izquierdista Morena, Delfina Gómez, con entre el 30,7% y el 31,5%. Con el 43,5% escrutado, Del Mazo aventajaba por la mínima a Gómez. El líder del partido, Andrés Manuel López Obrador, rechazó los resultados.


“No vamos a aceptar ningún fraude electoral, lo que ha hecho el INE es una farsa, una vil simulación, no vamos a claudicar”, aseguró López Obrador al conocerse los primeros resultados oficiales. El dos veces candidato presidencial, que en 2006 denunció que Felipe Calderón le robó las elecciones y convocó a un paro durante meses en una de las principales arterias de la capital mexicana, insistió en que el conteo rápido del INE “no corresponde con la realidad”.

Las declaraciones de López Obrador fueron el colofón a una jornada electoral marcada de nuevo por la alta abstención. A la espera de datos oficiales, la proyección del INE apuntaba a que el nivel de participación rondó el 53,3% y el 54,2%, ligeramente superior a la de hace seis años (46%), pero baja si se tiene en cuenta que se trata de la última prueba antes de las elecciones federales y que nunca antes había habido una campaña tan ajustada en el Estado de México.

La de este domingo fue una jornada en la que todos se proclamaron vencedores. Primero fue Alfredo del Mazo, quien aseguró tener una clara ventaja, según unas encuestas que no podía revelar y a falta de resultados oficiales. Más tarde, el presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza, insistió en lo mismo. Entretanto, el equipo de Delfina Gómez salió a dejar claro que la vencedora era la maestra.

“Hay una parte en la derrota que es buena para Morena, porque no tendrá que estar bajo el asedio de no poder gobernar el Estado con una frágil organización”, asegura Carlos Bravo Regidor, analista y profesor del CIDE. “Lo malo es que devuelve a López Obrador al disco rayado de mafia del poder y el fraude”, añade Bravo, quien, no obstante, cree que el candidato “tiene mucho que celebrar”. “Ha dado batalla al PRI en su bastión con una organización sin apenas penetración local”.

Por celebrar, este domingo lo hizo hasta el presidente del conservador Partido Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya. Su apuesta en el Estado de México, Josefina Vázquez Mota, cayó estrepitosamente al cuarto lugar, pero Anaya recurrió a los supuestos triunfos en Coahuila, Nayarit y en las elecciones locales de Veracruz, para sonreír. Poco le duró la alegría. Las proyecciones también dieron la victoria al PRI en Coahuila, donde nunca ha perdido.

La victoria por la mínima de Del Mazo supone un balón de oxígeno para el PRI, que consigue retener uno de sus principales feudos. Pero la caída es considerable, si se tiene en cuenta que hace seis años, el actual gobernador, Eruviel Ávila, ganó con 30 puntos más que los obtenidos por Del Mazo. “Para el PRI es un triunfo muy sufrido, muy justito. Es una victoria que tiene sabor a derrota”, opina Carlos Bravo, para quien el gran reto a partir de ahora es ver quién puede ser el candidato del PRI para las elecciones del próximo año. “Peña Nieto sale reforzado de estas elecciones mínimamente, debería estar muy preocupado para 2018. Puede dormir tranquilo esta noche, pero no a partir de mañana”.

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