Un buen primer ministro, el primer desafío del inexperto presidente Macron

El ganador de las presidenciales llega sin apenas experiencia política y sin un partido que lo apuntale

Silvia Ayuso
París, El País
Poco tiempo va a tener Emmanuel Macron para regodearse en la victoria que lo ha encumbrado como el presidente más joven e inexperto de la historia contemporánea de Francia. Los retos pendientes siguen siendo muchos y el tiempo escaso si quiere que la ola de apoyo reflejada este domingo en las urnas se extienda hasta el próximo gran desafío electoral, las legislativas de junio que determinarán si puede gobernar como desea o si tiene que cohabitar con fuerzas que frenen sus políticas.


Antes de que el socialista François Hollande le haga el traspaso de mando, en algún momento de esta semana (el domingo 14 es la fecha límite), Macron ya habrá dado la primera señal clave de su proyecto de gobierno: a quién elige como primer ministro. O primera ministra. Al contrario que su rival, la ultraderechista Marine Le Pen, Macron se ha negado hasta ahora a revelar en quién ha pensado para el puesto más fundamental de su gobierno, más allá de decir que tiene “vocación de que dure” y que “tendrá experiencia en el campo político, capacidad para dirigir una mayoría parlamentaria y capacidad también para dirigir a un colectivo de gobierno que será profundamente renovado”, según perfiló en vísperas de la segunda vuelta electoral.

Esa experiencia política será muy necesaria. En poco más de un mes se celebrarán las elecciones legislativas y Macron, con un movimiento tan joven como En Marche!, que acaba de cumplir solo un año, tendrá que trabajar muy duro para lograr los suficientes diputados como para no tener que gobernar en constante negociación con otras fuerzas políticas. Y a nivel local, los aspirantes a ocupar un escaño por la formación centrista tendrán que disputar el puesto con políticos en muchos casos con mucha veteranía. El encargado de coordinar la estrategia ante la nueva cita ante las urnas será, precisamente, ese primer o primera ministra que nombre Macron en las próximas horas o días.

Teniendo en cuenta además que Macron quiere conformar su gobierno con una parte —hasta la mitad— de caras totalmente nuevas en la política y por otra con profesionales tanto de la izquierda como la derecha, el nueva o nuevo jefe de gabinete deberá demostrar una enorme capacidad de hilar fino y de manejar a novatos o hasta posiciones antagónicas.
Primeras medidas de gobierno

Como candidato, Macron se propuso como el más europeísta de todos los aspirantes a ese Elíseo que ahora ha conquistado. Lograda la victoria, toca empezar a demostrar rápidamente que no eran meras palabras vacías, como sucedió en buena parte con sus predecesores inmediatos de izquierda y derecha. Macron ha prometido una “hoja de ruta” para dotar, en cinco años, a la Zona euro de una entidad propia con un presupuesto, un ministro de Finanzas y hasta un parlamento diferenciados. También quiere apostar por una “verdadera Europa de 27 en medioambiente, industria y la gestión de las migraciones”. Según adelantó hace semanas, su primer viaje será a Berlín, a entrevistarse, una vez más (ya lo hizo antes de la primera vuelta) con la canciller alemana, Angela Merkel, pilar fundamental —u obstáculo insalvable, ya se verá— de sus ambiciosas propuestas europeístas.

El atentado que dejó un policía muerto en los Campos Elíseos y las noticias de al menos dos actos más frustrados en plena campaña han puesto una vez más de relieve el peso que la amenaza terrorista sigue teniendo en la Francia que Macron va a dirigir ahora. El presidente electo ha dejado claro que su estrategia antiterrorista, al igual que la migratoria, pasa necesariamente por una Europa que debe hacer frente de forma global a esta amenaza. Pero también ha anunciado que aumentará el presupuesto de Defensa, reforzará la policía de proximidad y aumentará tanto los puestos de agentes y gendarmes como nuevas plazas —hasta 15.000— de prisión.

Uno de los posibles escollos con que se topará Macron en sus primeros meses de gobierno será en materia económica. El exministro de Economía, muy favorable a la flexibilización laboral, ha anunciado que quiere presentar todo un paquete de medidas “hasta el verano” que los siempre combativos sindicatos franceses examinarán con lupa.

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