La custodia compartida llega a perros y gatos portugueses

El 1 de mayo pasará a la historia como el día en que las mascotas se convirtieron en personas jurídicas

Javier Martín
El País
El Primero de Mayo de 2017 pasará a la historia en Portugal como el día en que los animales dejaron de ser cosas para convertirse en personas jurídicas; el día en que darles un cachete le saldrá caro a su dueño; el día en que el gatito podrá tener derecho a una pensión por manutención; el día en que un juez decidirá la custodia compartida de las mascotas en casos de divorcio. Todo eso y mucho más significa para los animales el Primero de Mayo de este año en Portugal.


El cambio legislativo aprobado hace unos meses por la Asamblea de la República, y que cambia la consideración jurídica de los animales de cosa a ser vivo, abre un amplio abanico de consideraciones jurídicas y judiciales a las que muy pronto se van a enfrentar los jueces, principalmente cuando diriman casos de divorcio sin acuerdo.

El juez va a tener que sentenciar, en caso de disputa, con quién se queda el animal o los animales, pero lo que es peor, va a decidir qué hacer con la mascota si ninguna de las dos partes la quiere, que es el caso más frecuente. ¿A la perrera? ¿A los servicios sociales? ¿Obligará a la convivencia compartida? Los tribunales de familia pasarán ahora a incluir la problemática de las mascotas y a decidir su residencia en función de la mejor casa para el animal o del tiempo que tengan los dueños para cuidar de él.

Si hay acuerdo en la residencia del animal, la parte que lo acepte ¿podrá exigir a la otra una pensión por manutención? Porque los ratoncitos vivos que necesita una boa constrictora salen caros. Y qué decir de las vacunas, chips, alimentación y hasta sesiones de terapia para el rotweiler que pierde de vista a la mitad de su familia, aunque, desde el año pasado los gastos en veterinaria han pasado a ser deducibles en la declaración de la renta.

La alteración en el Código Civil también entra en el maltrato, abandono o la muerte de cualquier animal, mascota o no, con “sufrimiento injustificado”, lo que puede dar pie a un aluvión de denuncias con más respaldo legal (en 2016 solo hubo tres condenas de las 1.300 denuncias). ¿Está justificado espolear un caballo? ¿En qué situaciones? ¿Cuántas veces? Por no hablar de la lidia de los toros, los rejones o, más popular en Portugal, los forcados, que a pecho descubierto intentan inmovilizar a un toro y le retuercen el rabo en caso de apuro.

Los abogados, y los mismos legisladores, están divididos sobre las consecuencias prácticas de la ley y esperan que los jueces vayan sentando jurisprudencia en un mundo incógnito pero con mucha problemática por delante, pues niños portugueses hay muy pocos (1,5 millones), pero las mascotas se acercan ya a los siete millones.

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