El terrorismo perturba la campaña en vísperas del voto

Fillon suspende sus actos y Marine Le Pen carga contra "la laxitud y la ingenuidad" de las autoridades

Marc Bassets
París, El País
Era el escenario más temido: un atentado terrorista a unas horas de las elecciones presidenciales francesa. El asalto armado a varios policías en los Campos Elíseos de París perturba inevitablemente la campaña en la campaña electoral. Y resalta el perfil y el programa de los candidatos en un asunto, el terrorismo, que ha marcado el mandato del presidente saliente, el socialista François Hollande.


El atentado, que costó la vida a un policía y en el que murió el asaltante, forma parte de estos acontecimientos inesperados que, en tiempo real, fuerzan a los aspirantes a la presidencia a reaccionar y a definirse.

El tiroteo sorprendió a los once candidatos en un programa de televisión en la cadena France 2, no exactamente un debate sino una sucesión de breves entrevistas y réplicas que eran la última ocasión para los ciudadanos de verlos juntos antes la primera vuelta de las elecciones, el domingo. Durante cerca de una hora continuaron hablando de sus programas como si nada hubiera ocurrido. Más tarde, cuando empezaban a conocerse los detalles de ataque, reaccionaron.

El conservador François Fillon, candidato de Los Republicanos, dijo que anularía sus actos de campaña el viernes. Al término del programa, Marine Le Pen, la candidata del Frente Nacional, convocó por comunicado a la prensa el viernes en su sede de campaña para leer una declaración, presuntamente sobre el atentado.

"Hay que acabar con la laxitud, con la ingenuidad", dijo antes. Su argumento: las autoridades han sido excesivamente tolerantes con el islamismo radical y han permitido que florezca en Francia.

“Que no haya pánico para no interrumpir el proceso democrático”, dijo Jean-Luc Mélenchon, candidato de La Francia Insumisa, el partido de la izquierda alternativa. En la red social Twitter Mélenchon prometió que “los actos terroristas nunca quedarán sin castigo, los cómplices no se olvidarán”.

“Esta amenaza formará parte de lo cotidiano en las próximas décadas”, dijo el centrista Emmanuel Macron, candidato de En Marcha! y favorito en la mayoría de sondeos para ser el próximo presidente.

Es difícil calibrar cómo el tiroteo puede modificar la orientación del voto a falta de dos días para las elecciones. El atentado podría llevar a Le Pen para redoblar su mensaje de mano dura que conecta, o hace el amalgama, el terrorismo y el islam, y el islam y la inmigración. O quizá empujar a algunos electores hacia el candidato que vean con más experiencia y veteranía en asuntos de gobierno, en este caso Fillon. O llevarlos hacia los aspirantes del centro y la izquierda —Macron, Mélenchon o el socialista Benoît Hamon, rezagado en los sondeos— como garantía de la Francia más abierta al mundo.

En Francia han muerto desde 2015 230 personas en atentados terroristas organizados o inspirados por grupos islamistas radicales. Desde noviembre de ese año está en vigor un estado de emergencia que se prolongará como mínimo hasta el próximo mes de julio. Y desde unos meses antes está en marcha la llamada Operación Centinela, que incluye el despliegue de siete mil soldados por el territorio nacional.

“Francia está en guerra”, dijo Hollande tras los atentados de noviembre de 2015. Hoy no es inhabitual cruzarse en París con una patrulla de tres soldados armados hasta los dientes.

Dos años de atentados no han alterado la vida cotidiana de los franceses, pero los han dejado en un estado de alerta extrema, una sensibilidad aguda ante cualquier posibilidad de que el drama se repita. El tiroteo del jueves en los Campos Elíseos fue localizado e incomparable en sus dimensiones con los ataques de los últimos años, pero disparó de nuevo el temor. El miedo regresa a Francia.

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