Trump hace un gesto a los críticos con el nombramiento de dos mujeres

La gobernadora de Carolina del Sur, sin experiencia internacional, será embajadora ante la ONU tras haberse opuesto con dureza al presidente electo

Amanda Mars
Nueva York, El País
Donald Trump hizo este miércoles un gesto hacia la diversidad y hacia sus opositores republicanos con las últimas nominaciones para el próximo gobierno de Estados Unidos. El presidente electo propuso a la gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, una mujer muy crítica con él, hija de inmigrantes indios, para ocupar la plaza de embajadora permanente ante las Naciones Unidas, pese a su falta de experiencia en política internacional. Además, propuso como secretaria de Educación a Betsy DeVos, una multimillonaria de Michigan muy activa en ese área. Se trata de los dos primeros nombramientos femeninos de la era Trump.


Los cargos anunciados hasta ahora por Trump combinan cal y arena: ha hecho fichajes de línea dura como los de justicia y seguridad, o muy controvertidos, como el jefe de estrategia Steve Bannon, al mismo tiempo que ha colocado al ortodoxo Reince Priebus como jefe de gabinete. También ha sondeado a Mitt Romney, candidato presidencial republicano en 2012 y fuerte opositor a Trump, como posible secretario de Estado. Ben Carson, el cirujano afroamericano que se presentó a las primarias, y que en seguida pasó a apoyar a Trump al retirarse, podría ocupar otro puesto. El propio magnate, ahora presidente electo, ha anunciado que le está considerando para alguna labor.

Nikki Haley, de 44 años, una estrella emergente de los republicanos, fue una de las voces que cuestionó con más dureza la campaña del empresario de su propio partido y este, fiel a su estilo, se revolvió en las redes sociales con un: “’¡La gente de Carolina del Sur se avergüenza de Nikki Haley!”. Sin experiencia en política internacional, Haley ocupará un cargo crucial, híbrido entre seguridad y diplomacia: se sentará en el puesto de Consejo de Seguridad de la ONU, donde Estados Unidos tiene poder de veto como miembro permanente y es el mayor contribuyente, en sustitución de Samantha Power.

Haley fue la primera mujer en hacerse con la riendas de Carolina del Sur, en 2011, y es la gobernadora más joven de Estados Unidos. Encarna, junto al senador negro Tim Scott, un conservadurismo sureño más diverso. A raíz de la matanza de afroamericanos en una iglesia de Charleston, la segunda mayor ciudad del estado, impulsó la retirada de la bandera confederada del Capitolio y la señaló como elemento de división.

Los nombramientos conocidos hasta ahora por Trump combinan cal y arena: ha hecho fichajes de línea dura como los de justicia y seguridad, o muy controvertidos, como el jefe de estrategia Steve Bannon, al mismo tiempo que ha colocado al ortodoxo Reince Priebus como jefe de gabinete. Y además de Haley, también ha sondeado a Mitt Romney, candidato presidencial republicano en 2012 y fuerte opositor a Trump, como posible secretario de Estado.

“La gobernadora Haley tiene una probada experiencia en unir a la gente con independencia de su origen y su y afiliación política para poner en marcha políticas cruciales para el estado y el país”, dijo Trump este miércoles en un comunicado, que define a Haley como una “verdadera conservadora” y “diestra mujer de negocios”.

Muy crítica con Barack Obama, hizo una campaña entusiasta por el conservador Marco Rubio en las primarias del Carolina del Sur, que este perdió a gran distancia ante el empresario neoyorquino. En el Debate sobre el Estado de la Nación de Estados Unidos, el pasado enero, la gobernadora utilizó su turno de réplica para hacer un llamamiento que se consideró una denuncia de la campaña trumpiana: “En épocas de inquietud, es tentador seguir los cantos de sirena de las voces más rabiosas”, dijo, y añadió que: “nadie que quiera trabajador duro, vivir acorde a nuestras leyes y amar nuestras tradicionales debería sentirse jamás no bienvenido a este país”.

También criticó que Trump no hiciera pública su declaración de la renta, un ejercicio de transparencia habitual en un candidato presidencial. Casada con un veterano de Afganistán y con dos hijos, de 18 y 17 años, Haley respondió con filosofía las réplicas de Trump en las redes sociales: “Donald, Bless your heart”, una especie de 'Bendito seas' que se dice mucho en el sur y que, en determinado contexto, se interpreta como un irónico deseo de buena suerte.

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