Mariano, cañón de la Fábrica

Hat-trick de un delantero hambriento. Debut con gol de Enzo Zidane. Carvajal, Isco y Varane sólo jugaron 45 minutos pensando en el Clásico.

Luis Nieto
As
De un partido sin sustancia hizo el Madrid un mensaje de ánimo. Para Mariano, al que la suplencia eterna no le ha quitado las ganas de andar con la escopeta al hombro. Para James, que en esta eliminatoria ha pasado a limpio sus datos, con cuatro asistencias y un gol. Para Casemiro, que recogió muestras de su recuperación y se postuló para el Camp Nou. Para Enzo Zidane, que recibió la alternativa de su padre y respondió con un tanto. Para Tejero, lateral de ambos lados. Para Yáñez, que para siempre figurará en los datos del curso con su cuarto de hora. Para la vocación tardía de Carvajal como extremo. Para la fototeca, con Odegaard, Isco, James y Asensio en la misma estampa. Una exposición de arte moderno.


Todo a costa de una Cultural que tampoco en el Bernabéu sacó provecho de la alineación de cortesía del Madrid, aunque se llevó la pedrea del golazo de Yeray. El equipo de De la Barrera, que es una autoridad en Segunda B, no supo lucir su orden táctico por equivocaciones puntuales enormes. Tardó 22 segundos en cometer la primera. Un mal control de Iván González concluyó con un robo de Asensio y una asistencia a Mariano. El hispanodominicano se puso en venta de la mejor manera posible. Fue un canterano de manual: entregado, con las orejas tiesas desde el minuto uno, enérgico y veloz. Su actitud fue la de llevar demasiado tiempo esperando este tren como para dejarlo ir. Mejora enormemente en cuanto pisa el área. Sus tres goles lo atestiguan.

No tan bien le fue a Odegaard, orillado en la banda derecha, donde también le emplea Solari, que prefiere a Enzo Zidane o Febas de mediapunta, obligado a jugar a pie cambiado. Se quedó en los detalles.

Enzo Zidane se arrancó con una ruleta, adorno genético, y firmó un gol escolar, en combinación con Odegaard y Mariano. Quizá necesite un postgrado en un primera para sacudirse la presión y el apellido.

El Madrid construyó su triunfo con un ritmo pausado, como corresponde a las vísperas de un Clásico, entregado a la coproducción Isco-James. Fue un Madrid en ropa interior que acabó acobardando a los leoneses con el ímpetu juvenil de sus canteranos.

El partido le brindó la ocasión a Carvajal para sacar el extremo que lleva dentro. Su carácter intrépido dio dos goles: uno se lo entregó a James, otro a Mariano. Ambos desde el punto de observación del 7.Y la Cultural hizo una presentación discreta de unos valores que no abundan en Segunda B. Fue un equipo de buenos modales y no demasiada llegada en una tarde donde los ojos no estuvieron en el marcador sino en el repaso a La Fábrica, sobre la que convendrá insistir.

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