El Banco de México anuncia una caída del crecimiento por el ‘efecto Trump’

El organismo recorta la previsión del PIB en medio punto y lo sitúa entre 1,5% y 2,5% para 2017

Jan Martínez Ahrens
México, El País
El efecto Trump tiene a México contra las cuerdas. Las amenazas del futuro presidente de Estados Unidos han obligado al Banco de México a rebajar las previsiones de crecimiento para 2017 en medio punto y situarlas entre 1,5% y 2,5%. Una horquilla muy alejada del objetivo de mandato de Enrique Peña Nieto (5%) y que muestra la enorme sensibilidad de México a las oscilaciones de Washington. "El problema no es mitigar la volatilidad, sino enfrentarse a un choque profundo", afirmó el gobernador de la entidad, Agustín Carstens.


El peligro está ahí. Trump ha prometido romper el Tratado de Libre Comercio, recortar las remesas e imponer aranceles a las industrias estadounidenses que busquen reducir costes en México. En caso de materializarse este proyecto punitivo, el golpe sería histórico.

La integración de la economía mexicana en las estructuras productivas estadounidenses es profunda. No sólo representa el destino del 80% de las exportaciones mexicanas, sino que más del 40% de las importaciones proceden del vecino del norte. La combinación arroja un superávit comercial de 100.000 millones al año en favor de México. El gran maná de un país que sufre una caída imparable de la producción de petróleo y cuyo consumo interior carece aún de fuerza suficiente para tomar el relevo.

En este ecosistema, la irrupción de Trump sacude todos los equilibrios. Su victoria electoral ya ha traído consigo una vertiginosa depreciación de la moneda y la consiguiente subida de los tipos de interés (del 3% al 5,25% en un año). Pero la inestabilidad que llevan aparejadas las propuestas del republicano van más allá del mercado cambiario y afectan al atractivo inversor de México. “El resultado del proceso electoral de Estados Unidos incrementa el riesgo de instrumentación de políticas que obstaculicen el comercio exterior y la inversión extranjera en nuestro país”, sostiene el banco central.

Ante este horizonte confuso, la decisión de recortar las previsiones de crecimiento no es más que la antesala de un tenso compás de espera. “Es importante reconocer que todavía es difícil identificar los elementos que definirán la postura económica que tendrá Estados Unidos en su relación bilateral con nuestra nación a partir de 2017”, señala el Banco de México.

Aunque el regulador monetario mantiene su confianza en que el ajuste financiero será ordenado, otros observadores han alertado de que la marejada puede ser incontenible. “En caso de que Trump mantenga sus promesas de campaña, el crecimiento se vería todavía más afectado y sería muy probable observar una recesión. Pero ello sería lo menos grave. Lo más preocupante sería que el modelo de crecimiento de México, basado fundamentalmente en exportar mercancías a EEUU, se vería afectado, lo cual resultaría en una reducción de la tasa de crecimiento potencial”, ha señalado el BBVA-Bancomer en su análisis del impacto electoral de Trump.

El espectro de una recesión ronda México. Tanto el banco central como los analistas del BBVA-Bancomer confían en que, al final, la realidad impondrá la cordura y que el impacto será absorbido sin excesivos sacrificios. Puede que la inflación repunte y se acerque al 4% y que la divisa quiebre la previsión oficial de 18 pesos el dólar (ahora está en 20,7), pero no esperan un cataclismo mayor. Ese es el escenario optimista. La historia de Trump y su triunfo contra todo pronóstico dan alas a los pesimistas. El tiempo responderá. De momento, las previsiones son a la baja.

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