Crudo relato de rescatistas sobre cómo hallaron a sobrevivientes

Contaron en primera persona las peripecias que debieron soportar y el cuadro con el que se encontraron en la noche de Antioquia

Infobae
La madrugada más profunda se conjugó con una incesante lluvia y un terreno complicado. Allí estaba el avión de Lamia que debía trasladar a 77 personas entre pasajeros y tripulantes al aeropuerto de Medellín, a unos pocos kilómetros de esa zona. El accidente dejó un saldo de 71 muertos y 6 sobrevivientes, que debieron ser salvados en condiciones extremadamente complejas.


Edison Gutiérrez, capitán de Bomberos de El Carmen de Viboral, fue uno de los primeros en llegar a la zona y brindar un informe de lo que sucedía: "En medio de tanta tragedia hay esperanza porque hay sobrevivientes. Pero la entrada a la zona es difícil".

Para entonces, los paramédicos ya habían podido ingresar al primer rescatado de la tragedia: Alan Ruschel. Seis voluntarios que llegaron rápidamente al lugar lo subieron a una camioneta 4×4 y lo trasladaron a la clínica San Juan de Dios del Municipio de La Ceja.

El cuerpo médico de ese sitio decidió poner 20 especialistas exclusivamente para recibir a los eventuales sobrevivientes que pudiesen ir llegando, según informó el diario colombiano El Tiempo. Ruschel arribó en estado de somnolencia, aunque con la conciencia necesaria para pedir que le guarden el anillo de compromiso que lo unía a su pareja Marina Storchi. El médico Luis Rodríguez aseguró que lo recibió cubierto de sangre y lodo.

El primer control médico delató múltiples heridas, avulsiones en el pie, una fractura de tibia distal y una luxofractura de una vértebra dorsal, tomando como parámetro el parte que entregó el director de la clínica, Guillermo León Molina.

El lateral izquierdo fue estabilizado y rápidamente llevado a cirugía. La posterior tomografía informó sobre la luxofractura y a raíz de la necesidad de estudios más específicos se lo trasladó a la clínica Somer de Rionegro donde le realizaron una cirugía de corrección de la columna vertebral. "Aunque su cuidado es crítico, está estable", advirtió hoy la directora del sitio, Ana María González.

"Tuve miedo porque estaba muy oscuro y la carretera estaba fangosa", contó Santiago Campuzano, uno de los que ayudó en su rescate durante la madrugada de Antioquia.

El trágico accidente también obligó a dejar a un lado su rol de camarógrafo del medio MiOriente a David Blandón. "Seis personas bajaban con una camilla cargando a un sobreviviente. De inmediato solté la cámara para ayudar", explicó. Era el arquero suplente Jackson Follmann a quien estaban trasladando con urgencia, tras encontrarlo a siete metros del desperdigado fuselaje del avión.

"Le preguntamos su peso y su edad para mantenerlo consciente. Se quejaba mucho de un dolor en su pie y de que no podía respirar", agregó. El jugador de 24 años creía tener un cuello ortopédico y rogaba en portugués que se lo quitaran. Un paramédico le explicó a Blandón que esa sensación se debía a una perforación en el pulmón izquierdo.

Con una linterna marcaban el camino entre la oscuridad del cerro Gordo, para colmo el barro crecía por la imparable lluvia y generaba condiciones cada vez más complejas para la operación de rescate. Tardaron alrededor de 20 minutos en llevar a Follman hasta la ambulancia que lo trasladó al Hospital San Vicente Fundación. Allí debieron amputarle la pierna derecha.

El cansancio no era tan grande como su temor, así y todo Blandón decidió volver en busca de las imágenes por las que había arribado al lugar. El pedido de auxilio se interpuso nuevamente en su tarea: esta vez debían socorrer a Ximena Suárez.

La azafata apenas tenía conciencia y Blandón la encontró ya a unos pocos metros de la ambulancia para colaborar con el resto de los voluntarios.

Eran cerca de las 4 de la mañana cuando Rafael Henzel, el periodista de 43 años que todavía se encuentra en el área de cuidados intensivos, llegó al hospital San Juan de Dios con un diagnóstico que indicaba un severo trauma costal con una fractura de costillas con acumulación de sangre y aire en el abdomen. Lo estabilizaron y lo llevaron a cirugía.

Tras el hallazgo del técnico aeronáutico Erwin Tumiri –tenía traumatismos en el tórax y heridas leves–, los rescatistas lograron salvarle la vida al futbolista de 31 años Helio Zampier, más conocido como Neto. El último con vida.

Fue el salvataje más crítico. "Los rescatistas y policías que hacían guardia junto al lugar del siniestro escucharon un quejido en el interior de lo que quedaba del fuselaje. Pidieron silencio total para poder ubicar a la persona que sería el sexto sobreviviente de esta tragedia", contó el periodista Camilo Trujillo, que trabaja en El Colombiano.

"Se escuchaban gemidos. No se escuchaba a nadie hablando ni nada. En malas condiciones, pero estaba con vida y se podía mover un poquito", contó Juan David González, rescatista que trabajó en este proceso de salvar a Neto.

El director de la clínica afirmó que el futbolista llegó "en condiciones críticas, en estado de inconsciencia, con trauma encefalocraneano, trauma de tórax y abdominal". Se le colocó un respirador artificial y líquidos, porque tenía hipotermia a raíz de que estuvo más de ocho horas soportando temperatura de menos de 2°.

La conclusión más resonante de este espectacular y conmovedor rescate la dio el presidente de la Cruz Roja en Antioquia, Luis Alfonso Blandón: "Es un verdadero milagro que haya personas con vida. Ellos volvieron a nacer".

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